Él nos hace a todos nuevos.
La resurrección de Jesús señala al futuro absoluto, pero señala también al
presente histórico. Jesús es ya Señor de nuestras vidas, el Señor de la familia que CREE, que ESPERA EN ÉL,
que AMA.Nosotros los creyentes en el resucitado debemos vivir ya como resucitados en las circunstancias y condiciones de nuestra historia. Esta vivencia se ha de manifestar en la Comunidad Cristiana principalmente, pero también en cada una de nuestras acciones diarias, en lo cotidiano de nuestra vida. Si vemos o escuchamos las noticias, nos daremos cuenta de que a nuestra sociedad le falta mucho aún por acercarse a la realidad del Resucitado, está anclada en el pecado, en la filosofía de la muerte, del mal, así responde con tanto odio y tanta violencia, en el hogar, en la calle, en las instituciones políticas, económicas, sociales…
Tenemos que experimentar la siempre novedosa llamada de atención del Resucitado, el señorío actual de Jesús se muestra en que existan los hombres nuevos, si no nos dejamos transformar por Cristo en hombres nuevos no experimentaremos esta resurrección de Cristo. Este ser Nuevo “El hombre nuevo que adquirimos por el Bautismo” nos facilita que Jesús sea ya ahora el único Señor de nuestras vidas.
Es triste, muy triste, pensar, que en ocasiones, cargados ya de años, que va pasando la vida y nos acercamos a la muerte y no podamos vivir esta experiencia luminosa a la que nos invita Jesús resucitado, que no es otra que a participar activamente en la gloria que su resurrección nos da. Sí, va pasando la vida, va llegando la muerte… ¿Qué has acumulado?, ¿qué tesoros has guardado?, ¿qué llevas a su encuentro en tus manos?.
Granada, 12 de Abril de 2013
Fr. Francisco E. García, O.P.
Pila bautismal de Santo Domingo de Granada en la noche de la Vigilia Pascual. |
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