-Creador inefable,
que en los tesoros de tu sabiduría
has establecido tres jerarquías de ángeles,
y las has colocado sobre el cielo
con orden admirable
y has dispuesto admirablemente
todas las partes del universo.
-Tú que eres considerado
verdadera fuente de la luz,
y principio eminente de la sabiduría,
dígnate infundir un rayo de tu claridad
en las tinieblas de mi inteligencia,
alejando de mí
las dos clases de tinieblas con las que he nacido:
la del pecado y la de la ignorancia.
-Tú, que sueltas las lenguas de los niños,
prepara mi lengua
e infunde la gracia de tu bendición en mis labios.
-Concédeme la agudeza para entender,
la capacidad para asimilar,
el modo y la facilidad para aprender,
la sutileza para interpretar
y la gracia abundante para hablar.
Dame acierto al comenzar,
dirige el desarrollo,
completa la conclusión.
-Tú que eres verdadero Dios
y verdadero hombre,
y que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.
SEMBLANZA DE SANTO TOMÁS
Tomás de Aquino (1226-1274), santo dominico con espíritu eminentemente contemplativo, que tuvo como maestro a San Alberto Magno. Para él no había dualidad ni oposición entre la oración y el estudio, como no la había entre la acción y la contemplación: su estudio era oración, y su oración era estudio. Por eso estudiaba y oraba siempre, salvo un tiempo breve para el descanso. Como se dice bellamente de él: "oraba como si nada tuviera que esperar de su trabajo, y trabajaba con la misma aplicación que si la oración no pudiera bastarle para llegar a la ciencia más perfecta". En los últimos años de su vida sobre todo, el estudio quedó absorbido por la oración y ésta por su forma más alta y elevada, que es la pura contemplación. Sabiduría, caridad, paz: he ahí las tres notas características y dominantes de la vida espiritual de Santo Tomás. No faltaba más que quitar las amarras del cuerpo mortal para que su espíritu volase hasta la presencia inmediata de Dios, traduciendo la contemplación en visión beatífica, lo cual aconteció el 7 de marzo de 1274, en el monasterio cisterciense de Fossanova, cuando iba camino del Concilio de Lyón. Es el patrono de los estudiantes y centros católicos (León XIII) y Doctor de la Iglesia (San Pío V). Sus restos se trasladaron a la Catedral de Toulousse.
CONSEJOS DE SANTO TOMÁS A UN ESTUDIANTE
En una ocasión un estudiante pidió consejo a Santo Tomás para conseguir la sabiduría. Sus consejos responden a lo que él realmente estaba practicando. Son los siguientes:
"Puesto que me preguntaste, carísimo en Cristo, Juan, cómo te debes comportar para lograr el tesoro de la ciencia, este consejo te doy sobre el particular:
1. No quieras entrar inmediatamente en el mar, sino a través de los riachuelos, pues a lo difícil se debe llegar por lo fácil.
2. Te mando que seas taciturno (callado, observador…) y que vayas poco al locutorio.
3. Procura tener limpia la conciencia.
4. No dejes de dar tiempo a la oración.
5. Ama el retiro prolongado de la habitación si quieres entrar en la bodega de la sabiduría.
6. Muéstrate amable con todos.
7. No te preocupes de las cosas de los demás (de las habladurías y cosas sin importancia…)
8. No te muestres demasiado familiar con nadie, porque la excesiva familiaridad engendra desprecio y resta tiempo al estudio (de dar “ciertas confianzas” a personas con las que no hay amistad…)
9. No te entrometas en modo alguno en los dichos y hechos de los seglares.
10. No quieras tratar de todo a la vez.
11. Procura seguir los pasos de las personas buenas y santas.
12. Encomienda a la memoria todo lo bueno que oyes, venga de quien venga.
13. Procura entender lo que lees o escuchas.
14. Clarifícate en las dudas.
15. Esfuérzate en colmar la capacidad de tu mente, cual deseoso de llenar un vaso vacío.
16. No intentes hacer lo que supera tu capacidad.
Si sigues este camino producirás durante tu vida en la viña del Señor hojas y frutos útiles. Si atiendes a mis consejos conseguirás lo que pretendes".
-“Opuscula Theologica”, Vol 1, Marietti, Roma 1954, pág 451.
-“Epistola de modo studendi”, serie ”Dubiae authenticitatis”, nº 111 (DAS) Index Thomisticus, líneas 1-41.
Cortesía del P. Carmelo, O.P.