lunes, 28 de septiembre de 2015
sábado, 26 de septiembre de 2015
DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B.
“LOS
MANDAMIENTOS DEL SEÑOR SON ENTERAMENTE JUSTOS”
En
el libro de los Números vemos como Moisés por mandato de Dios reparte el
Espíritu que ha de profetizar al pueblo, escogiendo entre todos a los setenta y dos. Solamente si
estamos unidos al Señor participaremos de su Santo Espíritu, y solamente si
estamos unidos en Comunidad recibiremos el Espíritu, que no viene para mí, por
mí, para mi santidad, viene para el bien común, viene para la salvación de
todos. Viene para darnos VIDA ABUNDANTE a todos, incluso a aquellos que por una
razón u otra se encuentran separados, como es el caso de la lectura de Eldad y
Medad.
Esta
Palabra de Dios que escuchamos nos la regala Él para que nuestro corazón esté
alegre, “Alegraos en el Señor”, ¿Quién más puede llenar nuestro corazón de
alegría, de paz, de amor y de esperanza?.
El
Apóstol Santiago nos recuerda con cierta dureza que los ricos, los saciados,
los “llenos”, los satisfechos, los que no carecen de nada, los poderosos algún
día se verán desposeídos de todo su fasto y bajarán a la fosa desnudos,
despojados de todo, por eso es urgente meditar sobre el uso y abuso que damos a
lo material, y más cuando los bienes de este mundo no nos pertenecen en sí, son
del mundo y han de estar destinados para el bien común. El hecho de tener estas
diferencias tan abismales de unos pocos ser dueños de la riqueza mundial y una
inmensidad carecer de todo clama al cielo, y eso el Señor no lo dejará así,
llegará la hora, y no pensemos que esa hora será solamente en el otro mundo,
que se hará justicia y se le dará a cada uno lo que le corresponde. Sobre este
tema apuntó muy bien, como siempre lo hace, el Papa Francisco en su discurso
ante las Naciones Unidas.
Es
evidente que situaciones de impresionantes riquezas y extremas pobrezas
escandalizan en nuestro mundo, también es cierto que hay mucha gente rica que
sabe compartir, crear y generar puestos de trabajo dando así muchas
oportunidades a otros más pobres para facilitarles la vida. Este es el fin de
la riqueza, no estar amontonada en un banco, y menos si el banco está en
Andorra, en Suiza o en Mónaco, para así ni siquiera dar ganancia al país de
origen de la riqueza. Pero resulta chocante y escandaloso que “las caridades
del mundo” provienen de gente pobre, en los momentos de las desgracias que
azotan nuestro mundo, las grandes catástrofes, las miserias ocasionadas por los
ricos a costa de la venta de armamento que no dudan ni tiembla su mano a la
hora de provocar guerras para generar más dividendos, ellos, los ricos no se
conmueven ni se arriesgan ni aportan nada, los pobres sí, un soldado, un
bombero, un médico sin fronteras, una enfermera, un cooperarte, un misionero no
solamente dan, se dan ellos mismos –muchas veces pierden su vida por entregarse
a los demás, por solucionar las miserias humanas que los ricos provocan-.
No
literalmente por supuesto, pero en nuestro mundo muchos tendrían que cortar su
mano, su pie, sacar su ojo para poder entrar en el Reino de Dios. De no
hacerlo, de no cambiar, de no ser más consecuentes con el mundo que nos rodea,
no serán muchos de estos “poderosos de las finanzas y de los tesoros en los
bancos” los que tendrán oportunidad de salvación, pero todos pueden cambiar, el
Señor no cambia, él habla al corazón buscando la conversión, él no quiere que
nadie se condene, es el Misericordioso y quiere amor y misericordia para todos.
Pero tenemos que convertirnos cada día.
domingo, 20 de septiembre de 2015
YA ESTÁ EL PAPA EN CUBA.
OREMOS POR ÉL para que la Fuerza de lo Alto le acompañe y pueda confirmar en la FE a los pueblos que visita.
Oremos también por la Iglesia, por la Comunidad creyente de Cuba:
No abandones Señor a tu rebaño. Pastor bueno, que nunca duermes, sino que siempre estás en vela.
Vele tu misericordia Señor sobre el Papa Francisco, sobre las Comunidades católicas que visita, sobre nosotros, para que no se acerque el enemigo tentador con sus astucias. Pastor bueno, que nunca duermes, sino que siempre estás en vela.
Oh Dios que has puesto la plenitud de la ley en el amor a tí y al prójimo, concédenos cumplir tus mandamientos para llegar por el camino de la humildad y de la misericordia que con tanto fervor predica en Papa Francisco a la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
sábado, 19 de septiembre de 2015
SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS, RUEGA POR NOSOTROS, PECADORES, AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE, AMÉN.
Como cristianos, con nuestra vida y nuestras obras, a
ejemplo de María nuestra Madre, proclamamos las grandezas de Dios Padre
todopoderoso. Él quiso que todas las generaciones -también la nuestra-
felicitáramos a María, la Madre
de su Hijo, y suplicáramos con un corazón confiado en Dios y en su amor
misericordioso.
Por supuesto que podemos pedir lo que queramos a Dios nuestro
Padre directamente sin acudir a nadie, pero sabemos que acudiendo a nuestra
Madre, ella que nos ama, intercede por nosotros, así nuestra humilde súplica
adquiere más fuerza y nosotros quedamos mucho más tranquilos y confiados
teniendo a tan poderosa intercesora.
Por eso, Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros.
viernes, 18 de septiembre de 2015
DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B.
“QUIEN
QUIRA SER PRIMERO QUE SEA EL SERVIDOR DE TODOS”
En
la primera lectura del Libro de la
Sabiduría nos describe las acechanzas del Justo por parte de
los impíos, estas acechanzas que el pueblo judío tenía para con el Justo, el
Señor, son idénticas a las que ahora tienen los impíos a aquellos que quieren
vivir su vida según la voluntad de Dios, con el agravante de que muchas veces
son muchos los piadosos que a su vez intentan poner zancadillas a otros por soberbia,
envidia, maldad o simplemente porque no
son de su grupo, su parroquia, su hermandad o su comunidad.
Estas
“situaciones anómalas” en la vida de un cristiano son atajadas por el Apóstol Santiago
en la segunda lectura dominical. Nos dice el Apóstol que aquello que procede de
Dios es puro, es amante de la paz, y nos anima a vivir nuestra vida cotidiana
siendo comprensivos, para que en nuestra vida sincera, según Dios vivamos
en la misericordia. El fruto de una vida en Cristo es el amor y la justicia. Si
esto nos falta estaremos sumergidos en el rencor, el odio y no alcanzaremos jamás
esa justicia que viene de arriba. De esta situación anómala se derivan los
malos gobiernos, problemas interraciales y situaciones conflictivas en los
estados y en pequeño en asociaciones, movimientos cristianos, cofradías y
familia. Solamente si somos capaces de renunciar al “EGO”, ese “yo” malicioso
y manipulador de nuestra conciencia podremos tener una vida auténtica, de hecho
es lo que nos pide el Señor en el Evangelio de este domingo.
San
Marcos en su capítulo 9, 30-37 nos vuelve a anunciar su pasión, como hizo la Palabra proclamada el
domingo anterior, pero en esta semana suena como un reproche para sus Apóstoles
que mientras él les habla de morir en una cruz por los pecados de los hombres,
ellos, despistados o un tanto ingratos, estén pensando quien es el más
importante del grupo una vez que el Señor falte tal como está anunciando.
El
mensaje que nos deja y además lo hace con toda claridad es que “el que quiera
ser primero sea el último, el que quiera mandar que aprenda a obedecer", que en
servir, en entregarse, en darse a los demás está la cuestión que nos marcará
con el sello de buenos cristianos, el sello de autenticidad.
Por
último el “signo” del niño que Él acoge y abraza es el mensaje de inocencia que
tenemos que tener para ser auténticos, nos sobra la malicia. Siendo auténticos
podemos sentirnos en línea con el Evangelio y con el mismo Jesús.
sábado, 12 de septiembre de 2015
DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO, CORRESPONDIENTE AL CICLO B.
¿Quién dice
la gente y quién decís vosotros que soy yo?
Nos pregunta Jesús: ¿Quién soy yo para vosotros?, te
pregunta: ¿Quién soy yo para ti?. Esta respuesta que demos como Comunidad
eclesial o individual ha de marcar, como un estigma, toda nuestra vida de
cristianos, pues dependiendo de quien sea en verdad Jesús para nosotros
actuaremos en la vida, ya que nuestra propia vida, cada una de nuestras
acciones mostrarán a los demás –y también a Dios- lo que de verdad somos, o quisiéramos
ser pero no llegamos por nuestras imperfecciones y debilidades, pero que en sí
marcan la trayectoria de toda nuestra vida. Sabemos y muy bien que nadie puede
dar lo que no tiene, no podemos aparentar ser otra cosa, somos lo que somos y
si no somos auténticos cristianos pobre beneficio podemos esperar para nuestra
alma inmortal.
Lo que sí es cierto que la REVELACIÓN DE DIOS AL PUEBLO
JUDÍO ya anunciaba un estilo distinto de Mesías a aquella idea de “poderoso guerrero que habría de vencer en
mil batallas contra el imperio de Roma” que con tanta fe esperaba el pueblo
sencillo para verse liberados de la bota opresora, esta misma idea estaba
metida en el corazón de los mismos seguidores de Jesús, los Apóstoles y aunque
el Señor les recuerda a cada paso las Escrituras, como esta primera lectura que
este domingo escuchamos: “Ofrecí la
espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No
oculté el rostro a insultos y salivazos”, ellos siguen sordos a sus
palabras esperando ese Mesías salvador que tome el camino de la fuerza.
La cuestión fundamental de nuestra vida cristiana
nos la muestra el Apóstol Santiago en la segunda lectura. No basta tener fe, es
necesario que aquellos que hemos recibido gratuitamente de Dios el DON de la fe
mostremos nuestro agradecimiento al DADOR de TODO BIEN y respondamos en nuestra
vida con una actitud CRISTIANA, tengo fe pues respondo con buenas obras. Si mis
obras no son tan buenas, si no soy capaz de dar buen ejemplo a aquellos que
comparten la vida conmigo, esto quiere decir que mi fe ni es tan buena ni tan
sólida o en machos casos no llega a ser auténtica fe, es otra cosa.
No queramos escapar de la Pasión, no huyamos de la CRUZ, en el Evangelio, cuando
Pedro recrimina a Jesús pues anuncia la pasión del Señor y teme que todos se
marchen de su lado asustados el Señor recrimina a Pedro con esas palabras que
nos suenan muy fuertes: “Quítate de mi
vista Satanás, tu piensas como los hombres, no como Dios”, busca para Jesús el camino fácil, lo cómodo,
lo que no implica sacrificio, lo más llevadero. Es por tanto una tentación, de
ahí la respuesta del Señor al pobre Pedro que ha de quedar al menos aturdido
ante esta respuesta de Jesús.
Curiosamente a la luz de la Palabra de Dios podemos
encontrar nuestros fallos y pecados como cristianos cuando queriendo escapar de
la cruz de cada día y buscamos no el mejor camino según Dios y sí lo más cómodo,
lo más fácil cambiando así la auténtica religión por “otra” hecha por nosotros
a nuestra medida, dejamos la CRUZ
para construirnos nuestro becerro de oro, eso es abandonar a Dios que tanto ha
hecho por nosotros. Si somos seamos auténticos, serios, comprometidos,
entregados a las buenas costumbres y tengamos la costumbre de practicar las
buenas obras para con nuestra vida manifestar a quienes nos rodean nuestro amor
a Dios y hacerle presente en nuestro entorno y en nuestra propia vida.
Que este rico mensaje de la Palabra que la Liturgia nos presenta en
este domingo no caiga en saco roto y sí en un corazón como tierra bien
preparada esperando con humildad pueda llegar a dar en ciento por uno de buenas
obras. Humildemente nunca dejemos de pedir al Señor el DON de tener buena fe.
miércoles, 9 de septiembre de 2015
LOS DOLORES DE UNA MADRE
El día quince celebramos en nuestra Iglesia la
fiesta de Nuestra Señora, la
Virgen de los Dolores y su Soledad. Cualquier madre en este
mundo es acariciada por infinitud de dolores causados por su maternidad. No hablo
de los dolores del parto, dicen que son tremendos, pero para una madre muchos e
insignificantes momentos son momentos de dolor, no ya si tiene que pasar por un
torrente de penurias para poder sacar adelante a sus hijos.
Está comprobado, es una experiencia de vida que
del amor al dolor hay una línea tan estrecha que se pasa casi sin darse cuenta.
Un corazón que no ama es incapaz de sentir sensación de dolor, principalmente
por el mal ajeno, el amor de la madre quizás sea en pequeñito comparable con el
amor de Dios que es infinitamente más grande.
La Hermandad del Señor de la Humildad, Soledad de
Nuestra Señora y Dulce Nombre de Jesús se reunirán en Santo Domingo este día 15, a partir de las cinco de
la tarde, para mitigar el dolor de una Madre, para decir con su presencia que
nuestra compañía quiere hacerse oración, súplica, cercanía a aquella que en su
maternal soledad sufre la ausencia del Hijo, arrebatado de su lado por el
pecado del HOMBRE, no por otra cosa, no busquemos otras razones, no culpemos aún
en el siglo XXI a judíos o romanos, no seamos tan simples, analicemos nuestra
propia conciencia y veremos la de veces que apartamos al Señor de nosotros con
nuestra actitud, con nuestras envidias, con
nuestros rencores, con nuestro corazón de piedra cuando no somos capaces de
amar y de perdonar… muchas veces nos afanamos en buscar el mal que tiene
nuestro prójimo y no hacemos un esfuerzo para ver el que tenemos nosotros, lo más
triste es que estemos con el pecado a cuestas cuando Cristo se brinda con tanto
amor y misericordia a liberarnos de esa pesada carga y no hagamos caso.
A las 8, por la tarde, celebraremos la Misa en honor de la Soledad de Nuestra Señora
en el templo de Santo Domingo de Granada. La Hermandad también tiene
que reunirse en torno a sus Sagrados Titulares para dar y para pedir, la vida
es así un constante dar, vaciarse para poder llenarse, pero Él nos ofrece no
llenarnos de cualquier cosa, llenémonos de Él que viene a nosotros a través de
su Palabra enriquecedora y de su Cuerpo y su Sangre para ser nuestro alimento.
Os animo a todos los Hermanos de esta Cofradía
a participar de este acto en honor de nuestra Madre para que siendo su compañía
mitiguemos su triste SOLEDAD con nuestra humilde presencia, manifestando así
que queremos estar con Ella, queremos ser su compañía sabedores que con ella de
su mano vamos por buen camino al encuentro de su Hijo nuestro Señor de la Humildad.
Granada, 9 de Septiembre de 2015.
Francisco E. García Ortega, O.P.
Consiliario y Comisario-Presidente de la Junta Gestora de la Hermandad
viernes, 4 de septiembre de 2015
DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B.
“HACE
OÍR A LOS SORDOS Y HABLAR A LOS MUDOS”
Nuestro
Dios, nos dice el Profeta Isaías, trae el desquite. Él hará que los ojos del
los ciegos vean y que los oídos de los sordos oigan, Él cambiará nuestro corazón.
Pero ¿nosotros queremos cambiar?.
La PALABRA DE DIOS que escuchamos cada domingo tiene que
ser escuchada por nosotros, pero el fin de esta Palabra no es la escucha, el
fin es nuestra propia transformación. Si no prestamos atención a la Palabra ¿Cómo vamos a
transformarnos?, ¿como vamos a cambiar?
Esta
línea del Profeta, que como veremos a continuación la remacha y la hace propia
Jesús en el Evangelio va también con el pensamiento del Apóstol Santiago en la
segunda lectura cuando nos habla de no tener en nuestra vida acepción de
personas pues si despreciamos a otro por considerarlo inferior en cualquier
sentido a nosotros estamos despreciando a Dios que tiene predilección por los
pobres, los afligidos, los marginados por la sociedad, los despreciados de este
mundo.
“Todo
lo hace bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Cuando
llegará la hora de que los cristianos de este siglo XXI seamos capaces de
interpelarnos a la LUZ DE LA PALABRA DE DIOS. ¿Acaso no
podemos darnos cuenta que la
Palabra que proclamamos no es solamente para gente que
vivieron en el tiempo de Jesús y sí nos cae como anillo al dedo para nosotros,
nuestra situación mundial, nuestro pasotismo ante los problemas de la EMIGRACIÓN, nuestro
mirar para otro lado y preferir seguir siendo sordos y ciegos ante los gritos
de clamor de los perseguidos, los desterrados, los abandonados por sus
gobiernos, los pobres del Señor?.
Sordos
y mudos. La triste realidad que nos rodea. Aquellos, los del Evangelio le
rogaban al Señor que curara su mal, nosotros voluntariamente taponamos nuestros
oídos para no oír, porque nos “molesta” y vendamos nuestros ojos para evadirnos
de nuestra realidad y así tener una excusa y poder decir el día del juicio al
Señor: “Pero señor, ¿cuando pasó eso?, ¿cuando moría tanta gente en el mar
escapando de su miseria?, ¿cuando negamos acogida a tanto emigrante
desesperado, perseguido y masacrado en Libia por ser CRISTIANOS?. YO NO ME
ENTERÉ DE ESO, YO NO LO VI, YO NO ESCUCHÉ ESOS GRITOS DE CLAMOR.
Pobres.
Dirá el Señor: SORDOS Y MUDOS teniendo la cura al lado, pues Él es quien puede
curar nuestra sordera, Él es quien puede despejar las “sogas” de nuestra
garganta para que gritemos a pleno pulmón “Señor, estoy aquí, ¿que puedo
hacer?.
NOS ALARMA ESTA IMAGEN, PERO POR DESGRACIA NIÑOS SON MUCHOS LOS QUE ESTAN MURIENDO, MUCHOS ASESINADOS QUEMADOS EN JAULAS, PERO A ESOS ESTA SOCIEDAD CULPABLE NO LE PERMITE SER VISTOS
Pobre niño, pobres niños... pobre gente... pobres nosotros...
Esta imagen dicen avergüenza a Europa. Pero hay muchas así, hemos visto niños muertos, asesinados por los radicales del islam, quemados en jaulas, gente masacrada por su fe y ¿que ha dicho Europa? Nada, ¿Que ha dicho la ONU o EEUU? NADA.
Esos niños son pobres, su tierra no produce diamantes o petroleo, de producirlo los moralmente falsos de nuestra sociedad habrían intervenido ya, no porque les interesase los niños, que sabemos que en el mundo mueren a miles diariamente y nadie hace nada, todos miramos nuestro ombligo, nos preocupamos de lo nuestro, miramos por y para nuestro propio beneficio.
No, no tenemos vergüenza, no tenemos una moralidad justa, equitativa, unánime. Los "poderosos" que se enriquecen con las guerras las paren y estos niños no tendrán que salir de su tierra, pero no, la guerra hace ricos a muchos países que ante esta imagen se ponen las manos en la cabeza. Ya lo decía un niño de doce o catorce años recientemente, no queremos quedarnos en Europa, paren la guerra que podamos ir a nuestro país, a Siria. Pero está por medio el negocio de EEUU y la UE y de Rusia y sus países satélites, el negocio de las armas y las armas sin guerra no valen, no son rentables. Estos poderosos necesitan guerra.
Es triste, es injusto, ellos, los tiranos de esta triste historia tenían que estar ahogados en el vómito de su lujuria y no estas inocentes criaturas pues no se ve por ninguna parte un intento de arrepentimiento o deseo de hacer las cosas bien. También es cierto que en nuestra hipocresía preferimos que la tele no nos muestre estas imágenes, y en caso de que se muestren tener el "mando" bien cerca para cambiar de canal y así, sin ver la realidad de nuestra vida cruel y dura seguir con la conciencia tranquila.
Pero no, ya que es tanto el horror que viven los que se ven forzados a salir de su tierra para salvar la vida, la familia, la dignidad, que si no es bastante para nosotros lo que vemos, si esto no nos dice nada, hablarán las piedras, sí, tendrán que hablar las piedras.
YA DE REGRESO DE LAS VACACIONES
Espero que todos los queridos lectores esteis bien, juntos de nuevo desde la distancia en muchas ocasiones hacemos el esfuerzo de adentrarnos en la realidad de nuestra vida e intentar vivirla según nuestra conciencia por el camino que nos va marcando el Señor por medio de su Palabra y prestando mucha atención a los signos de los tiempos, que como podeis ver están pero que muy marcados, como para no poder decir "yo no había visto lo que estaba pasando a mi alrededor.
Un abrazo para todos.
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