jueves, 22 de diciembre de 2016

HOY, JUEVES DÍA 22 DE DICIEMBRE DE 2016

CLAUSURA EN GRANADA, ESPAÑA,

 DEL JUBILEO DE LOS 800

 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LA ORDEN 

DE PREDICADORES:


DETALLE DE LA FACHADA DE LA IGLESIA DE SANTO DOMINGO DE GRANADA


Hoy en Santo Domingo de Granada, a las 20:00 hs. con una solemne Misa y a continuación con un concierto clausuraremos el año jubilar, ha sido un año de muchas bendiciones, un año que ha unido más y más a la gran Familia Dominicana de Granada, un año que nos ha hecho ser más conscientes de la responsabilidad de ser DOMINICOS Y DOMINICAS en nuestro tiempo, necesitado, como hace 800 años de una Palabra de Dios transmitida con veracidad, claridad, sencillez y sobre todo con mucha ilusión, para que arraigue en los corazones de tantos hombres y mujeres de buena voluntad deseosos y sedientos de un Evangelio hecho vida. De una presencia de Cristo entre nosotros, manifestado en lo cotidiano, lo sencillo, lo humilde, lo práctico, pero que exige corazones fieles al Evangelio por tanto corazones valientes que no se conformen con dar a la Iglesia y sí más "DARSE ELLOS MISMOS" al servicio de la Iglesia y a la proclamación de este Evangelio.



A los cercanos, acercaos esta tarde por nuestro templo de Santo Domingo y vivir con nosotros, en familia, la clausura de este año de gozo, año de bendiciones y de Gracia. Siendo conscientes de que esto no es un final, no es la terminación de algo, es la renovación del gozo y la alegría de ser Dominico y querer serlo más y mejor hasta que el Señor nos llame, sabedores de que tenemos que dejar una vivencia que atraiga, ilusione, contagie a la juventud, que son la esperanza de la Orden y de la Iglesia, así como de nuestra pobre sociedad, y ellos, tomando el testigo, continúen con nuevas fuerzas la carrera que hace 800 años comenzó Domingo de Guzmán y que sigue avanzando, que no se paran, que recorren el camino hasta que la humanidad llegue a su meta.

(Copiado de mi muro de Facebook, publicado hoy día 22 de Diciembre)

IMAGEN DE SANTO DOMINGO DEL TEMPLO DE GRANADA.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Unas palabras dichas desde el corazón deseando a este mundo nuestro Paz y Amor fraterno.


25 DE DICIEMBRE: NAVIDAD Y DOMINGO. DÍA 1 DE ENERO: AÑO NUEVO Y DOMINGO:



En la misa de Gallo Isaías comienza hablándonos que “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tinieblas de sombra y una luz les brilló”.
Todo tiempo tiene sus luces y sus sombras y aún más nuestro tiempo, donde encontramos tanta gente que se aparta de Dios, que deja, voluntariamente apagar la luz que brillaba en su corazón, sí, es un tiempo en cierta medida triste, descorazonado, oscuro, apático, desanimado, sin valores, sin iniciativas, sin saber. Pues ciertamente que quien se aparta voluntariamente de Dios es que opta por la ceguera, es el que NO quiere ver lo que está claramente definido ante sus ojos, no quiere escuchar la PALABRA que transmite VIDA, AMOR, ILUSIÓN, ESPERANZA.

Pero en medio de este mundo oscuro hay grandes lumbreras que indican cambios, indican esperanza, es la luz de la Iglesia, pequeño resto de Israel que siembra esa ilusión en los corazones de buena voluntad, no todo está perdido, no todo el mundo es malo, no todos son incrédulos, aunque nos parezca mentira hay más gente buena que mala, de lo contrario no se podría vivir en este mundo nuestro.

Lo mismo que los ángeles anunciaron a los pastores el Misterio de la Salvación en el Niño que nace en el pesebre, nosotros, ahora en este tiempo podíamos decir final, tenemos que anunciar con esperanza el misterio que se hace perenne en el tiempo, Cristo sigue naciendo en el pesebre del corazón del hombre que AMA, que ESPERA que CREE, nace en los hombres y mujeres que Dios ama y que ellos aman a Dios.

Por eso tenemos que saber, y es el mensaje del último Domingo del año, somos mensajeros de la Navidad, llamados por Dios a anunciarle, a hacerle presente en medio de nuestro mundo, Él es la LUZ.. Ya no precisa de los profetas para comunicarse con nosotros, ya ha venido CRISTO que nos habla, nos comunica lo que el Padre quiere para nosotros y lo que nosotros tenemos que pedirle al Padre, como diría Santo Domingo, Jesús nos enseña a hablar a Dios de los demás y a los demás hablar de Dios.

El Evangelio del Prólogo de San Juan nos habla del Misterio hecho luz desde el principio, pero una luz que vino a esta su casa y los que habitaban esta su casa no la quisieron, prefirieron las tinieblas a la luz, pero NO TODOS, los pobres, los necesitados, los enfermos, los marginados, aquellos que siempre buscaron y esperaron ayuda ven en esta Luz la esperanza, y desde entonces el que tiene un corazón sencillo, en todo tiempo se deja iluminar por esta LUZ SANTA Y DIVINA y recibe tanta fuerza que se ve capacitado para querer transformar el mundo. Esta Luz marca la diferencia, vivamos en ella, con ella y por ella para alcanzar la felicidad ya en nuestros días y luego, al atardecer de la vida lleguemos a la luz de la eternidad gozosa como gozosos han llegado los mejores hijos de la Iglesia.



Viernes día 30 de Diciembre Sagrada Familia: Por caer la Navidad y el primero de año en Domingo cambian un poco las fiestas, tenemos que abarcar mucho en menos tiempo, lo importante es que lo vivamos con intensidad.

La Sagrada Familia: José, María y Jesús son modelo para nuestra vida, pero nuestro tiempo presente tiene que meditar mucho en el “estilo” de familia que predomina, no es halagüeño, no es el mejor estilo, las familias muchas están rotas, divididas, demasiado atareadas en buscar como fin último los bienes materiales abandonando otros bienes que son más importantes, como el manifestarse ese amor, esa entrega, esa generosidad y el unirse en la vida familiar, dialogar en las comidas en familia, saber desconectarse TODOS en los momentos de vida familia de la tele, el ordenador, el móvil o celular, no discutir delante de los niños, no escuchar solamente a los niños y cargar las iras de los fracasos de los hijos en los maestros, como si estos fueran los únicos responsables de la educación de los niños, los primeros educadores y los más importantes son los padres, y esto en familia.

Analicemos, pues, a la luz de la Sagrada Familia nuestras familias, que veamos lo que está mal para poner soluciones, que miremos un poco hacia los mayores, que vivieron y se esforzaron por darnos un mundo mejor y ahora se sienten apartados de casa, de la sociedad, de los gobernantes, mirados muchas veces más como una carga que como alguien sumamente necesario para ese equilibrio que tiene que haber en la sociedad para que todos aprendamos de todos, principalmente de la experiencia, la historia escrita en el corazón de los abuelos.



Domingo día 1 de Enero: Santa María, madre de Dios: También el día de la Paz: Que bien podemos comenzar este nuevo año teniendo a la Madre cercana a nosotros, ella nos ha traído la PAZ, esa Paz que Lucas, 2, 14, desea para esta Tierra, para los hombres de “Buena voluntad”, la paz que necesita nuestro mundo que ya vive aterrorizado por la violencia, esto no es una guerra al estilo antiguo, pero donde azota el terrorismo es la situación de guerra continua, es la ausencia de paz, es tener el miedo metido en el cuerpo como si de una suerte nefasta dependiera nuestra vida, si me tocará a mí mañana. Más, mucho más tenemos que orar, hacer, luchar por la PAZ en el MUNDO, no es problema de otros, de los gobiernos, es de todos. Y lo primero que tenemos que hacer es luchar por tener PAZ en nuestro propio corazón, somos nosotros muchas veces irascibles, violentos, saltamos por cualquier cosa, peleamos por tonterías, tenemos que arrancar esa “corriente” de violencia que vive nuestra sociedad, ese odio que lleva a la muerte a tantas mujeres en nuestra “civilizada” sociedad, la violencia en los hogares, entre los jóvenes que se apuñalan en las discotecas cuando se dejan embrutecer por el alcohol y las drogas, para evitar esta violencia de nuestro tiempo tenemos que empezar por erradicar las causas, ya citadas, el alcohol y las drogas que tanto mal siembran y tantos hogares destruyen.

Que María que es la Madre del Príncipe de la Paz siembre en nuestros corazones rayitos de paciencia para alcanzar la paz, de amor para luchar contra la violencia, de caridad para tratar a los demás como queremos que los demás nos traten a nosotros. Que así sea.


Hermanos y hermanas lectores del Duende del Perchel, que paséis una Navidad llena de PAZ y que el año 2017 sea para todos un buen año, construido por la bondad y el amor, donde derrotemos entre todos la violencia y el pecado y logremos los frutos tan anhelados:  Una paz duradera, un mundo sin guerras, el fin del terrorismo y la violencia de género y todo tipo de violencia y una convivencia pacífica. ¡Felices fiestas con Cristo siempre en nuestro corazón!.

sábado, 17 de diciembre de 2016

NOTICIA RELACIONADA CON MI PERSONA:


Foto tomada en el Camarín de la Virgen del Rosario el día del bautismo de Martín Marín.

NOMBRAMIENTO:

El muy Rvdo. P. Prior del Convento de Santa Cruz la Real, ha tenido a bien nombrarme, por delegación del M. Rvdo. P. Provincial de la Provincia de HISPANIA, DIRECTOR de la Muy Antigua, Real y Pontificia Archicofradía del Rosario de Granada.

Hace unos días, siendo yo Director interino tras el traslado del anterior Director el P. Antonio Praena, O.P., presidí la toma de posesión y juramento del nuevo PRESIDENTE de la misma D. Juan de Dios Morillas y la nueva Junta de Gobierno de la Archicofradía renovada y rejuvenecida.

Que nuestra Madre del Cielo la Virgen del Rosario, la que estuvo en la batalla de Lepanto guiando a la Liga Católica contra el infiel, nos de a todos acierto para ser evangelizadores de Jesús a través de la contemplación de los Misterios del Rosario y así poder traer a este mundo empeñado en vivir alejado de Dios LUZ, que alumbre los corazones y AMOR, ESPERANZA y FE para que todos vivamos en paz y armonía construyendo un mundo más humano y mejor. 

DOMINGO IV DE ADVIENTO, CICLO A:





Una única señal nos da el Señor: “La Virgen está encinta y dará a luz un hijo, le pondrán por nombre ENMANUEL, que significa: –DIOS CON NOSOTROS-“

¿Qué más signos podemos necesitar?, Él viene a nosotros, viene en nuestra naturaleza, a nuestro mundo, viene a nuestro corazón, no se conforma con una visita rápida, viene para quedarse e idea la manera de quedarse con nosotros para siempre. Es Dios con nosotros, más aún: Dios en nosotros.

San Pablo nos habla de nuestra misión. No es solamente aceptar el hecho de que Dios se abaja para habitar entre nosotros, se trata más bien que aceptemos nuestra responsabilidad de ser TRESTIGOS del Señor, y uno es testigo si testifica, se da cuenta con obras y palabras de lo que para nosotros es siempre una novedad, la presencia de Dios en nuestras vidas, una presencia que nos enriquece de tal manera que lo mismo que aceptamos la gran gracia que es que Cristo viniera a nuestro encuentro, mayor aún es lo que nos espera, que allí donde esté el que es LA CABEZA estaremos nosotros que somos su cuerpo, el hombre elevado a dignidad tan alta que el Cristo alcanzamos lo más alto de la Gloria celestial. Todo un lujo si sabemos actuar correctamente en nuestra vida.

El Evangelio entre otras cosas, además de anunciarnos el nacimiento de Jesús nos muestra un personaje más en este proceso que quiso Dios para la Salvación del mundo, hemos meditado estos días sobre dos grandes personajes: Juan el Bautista, María, la que se considera ante Dios como su esclava, y hoy San José, que como hombre humilde y santo hace lo que Dios le pide y acoge con entereza la carga de las nuevas responsabilidades a las que Dios le llama, que no son pocas, trastocará totalmente la marcha de su vida, cambiará todo en su entorno, abandonará sus seguridades para lanzarse a la nueva aventura de una PATERNIDAD que le viene impuesta por Dios, que le entrega a su propio HIJO para que sea más que un padre, por él, de él le viene a Jesús ser descendiente de la estirpe de David, es decir, en San José, por él, cumple Dios las escrituras en lo que al Salvador del Mundo se refiere, a su Mesías. Bendito sea siempre el gran santo pobre y humilde San José que supo asumir la voluntad de Dios sin quejarse, supo dejar la comodidad de su casa y emigrar a Egipto buscando el bien del hijo, supo abandonar luego lo reconstruido para regresar a otro lugar y empezar de nuevo… así hasta que Dios lo llamó al lugar de los justos que aguardaban desde el comienzo de todo el que abriera las puertas de toda mazmorra para gozar de la paz de Dios, Padre y Creador.

Sin reconocer el dedo de Dios que le señalaba un camino, José no habría encontrado esa gracia que le hizo fiarse plenamente de Dios. Lo mismo nos pasa a nosotros cuando dejamos a un lado ese bagaje que nos envuelve y nos fiamos de Dios, nos hace nuevos, somos nuevas criaturas, así José se hizo NUEVO TOTALMENTE pues puso en Dios toda su confianza.


Confiemos con un corazón siempre animado en Dios, dejémonos transformar por él, que nos haga nuevos cada día, que nos renueve, que sepamos mirar con amor, fe y esperanza hacia arriba, seguros que tenemos un Dios que nos da a su Hijo para que aprendamos y no olvidemos lo cercano que quiere ser nuestro Dios, Padre de amor y de misericordia. No olvidemos nunca a Dios, que no perdamos la FE, eso sería nuestra mayor tristeza, nuestra mayor desgracia. 

viernes, 16 de diciembre de 2016

DESDE MI CORAZÓN PARA TODOS VOSOTROS, HERMANOS, AMIGOS

¡FELICIDADES EN ESTAS FIESTAS YA CERCANAS DE LA NAVIDAD Y AÑO NUEVO!


Mis queridos amigos y lectores de este blog de "El Duende del Perchel" 
os deseo de todo corazón abundante PAZ, ALEGRÍA y FELICIDAD en estos días ya próximos de la NAVIDAD y del Año Nuevo. Que el Niño Dios os colme de sus muchas bendiciones y este año nuevo, año 2017, sea venturoso y renovador para todos.

Un abrazo fraterno.

¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!!!

martes, 13 de diciembre de 2016

YO CONFÍO:





Desde que nacemos nos acostumbramos a confiar, a fiarnos de los demás, a vencer los miedos y apartar los nubarrones que tantas veces crecen en la mente de los niños. Pero este aprendizaje de “confiar” es costoso y requiere colaboración del otro, pero más aún requiere esfuerzo de uno. Una vida basada en la desconfianza es una vida muerta, sin ilusión, sin esperanza.

Tenemos que madurar, el niño confía en quien está con él que le alimenta, le viste, le aporta todo lo que precisa en cada momento, esto está muy bien para vivirlo en una etapa infantil, pero tenemos que crecer.

Para poder crecer tenemos que avanzar de esta etapa de confianza a otra de “seguridad”, para que se de plenamente tenemos que ser “tentados” por el miedo, lo inseguro, lo desconocido, lo que me asusta, cuando soy capaz de CONFIAR venzo todas esas tentaciones y miedos y aprendo a ser yo mismo, pero yo con valores, yo con capacidad de tomar decisiones, yo con la entereza necesaria para afrontar la vida. No podemos estar toda una vida en una etapa infantil y siendo sobre protegidos que no nos enseña nada, nos lo da todo hecho, nunca aprenderemos a tener una calidad de vida en Comunidad, en familia, entre compañeros de colegio ni siquiera entre cristianos en la Comunidad Parroquial, en la Cofradía o cualquier agrupación a la que pertenezcas, es más, difícilmente pertenecerás a nada si no has madurado convenientemente.

Yo confío, comenzaba diciendo, confío en Dios, en su Gracia, confío muchísimo en eso que la Iglesia llama “GRACIA DE ESTADO” que es la CAPACIDAD que Dios, por la fuerza del Espíritu da a los que tenemos responsabilidades dentro de la Iglesia, por supuesto esta gracia de Estado no es para todos igual, no es lo mismo ser un pobre párroco que un obispo que tiene mucha más responsabilidad o que el mismo Papa que lleva el peso de toda la Iglesia.

Yo confío en el Papa, aparto de mi muro de facebook todos los comentarios negativos sobre él, la mayor parte de ellos inventados por los grandes enemigos de la Iglesia, soltados con maldad para desacreditar y hacer daño, siembran cizaña, le hacen el juego a Satanás, critican, difaman, en ocasiones con tonterías, pero con la creencia fija de que “difama, que algo queda” en el corazón de quien lo lee, o le da un me gusta, o comparte esas publicaciones para dar más fuerza a la maldad. Pobres infelices, tiran piedras al Papa Francisco y eso es como tirarle las piedras a Dios, son tontos, les cae encima.
Por esta desconfianza en la Fuerza de Dios caemos en una religiosidad que destruye en vez de vivir una religiosidad que humaniza, pasamos a bloquear en el corazón aquello que te hace ser humano, cercano al otro, confiado en el otro, para ser poco menos que un animal que siembra el caos, el pánico, que mata sin escrúpulos. No hace falta poner ejemplos de este tipo de religiosidad, ISIS nos deja una amplia estela de los que esto hace en el corazón del hombre deshumanizado.

Este mismo destrozo crece de manera parecida dentro de la Iglesia cuando tenemos un Papa, puesto por Dios, para un momento oportuno, como todos los papas anteriores, y luchamos contra la FUERZA de lo ALTO con tal de dejar por encima de todo mi criterio, mi opinión, mi deseo, mi voluntad, mi gusto, para entonces dejar de ser cristiano de verdad y ser una cosa muy distinta, muy opuesta, muy peligrosa, y vemos que eso se da hasta en los estamentos más altos de la Iglesia, aunque te reconforta leer los escritos de Cardenales como Amigo o el que fuera obispo en Granada y arzobispo de Pamplona D. Fernando Sebastián, que coincidencia, los dos religiosos.

Pidamos al Señor que no seamos infantiles, que seamos capaces de crecer, pero crecer de tal manera que las pruebas, las crisis, los desacuerdos de algunos en vez de amilanarnos y acobardarnos nos hagan más sabios y más fuertes. ¡Viva el Papa Francisco!



viernes, 9 de diciembre de 2016

Domingo III de Adviento, ciclo A. Domingo “Gaudete”: Regocijo, estar alegres.

EL MISMO SEÑOR VIENE A SALVARNOS.



Para mí, este tercer domingo de Adviento de regocijo, de alegría, la clave de las lecturas nos la da el Evangelio con los “signos” que manda dar Jesús a Juan el Bautista.

La situación es sencilla, El profeta ha anunciado que el Mesías del Señor vendrá y abrirá laz mazmorras, Juan se encuentra encarcelado, espera al libertador con la misma ilusión que espera la libertad, pero pasa el tiempo, escucha hablar de Jesús y duda si será el verdadero Mesías, pues su libertad no llega, por eso manda dos discípulos a preguntar directamente a Jesús y este le manifiesta sus “SIGNOS”. Estos signos que da el Señor son:
1-       los ciegos ven.
2-       Los inválidos andan.
3-       Los leprosos quedan curados.
4-       Los sordos oyen.
5-       Los muertos resucitan.
6-       A los pobres se les anuncia el Evangelio. Y añade:
Y ¡dichoso el que no se escandalice de mí!

Los signos que tienen que convencer al Bautista aunque no le llegue nunca la liberación que esperaba, pero que tampoco le ocasione una decepción de parte del Señor por no darle la libertad, son los signos que necesita nuestro mundo de hoy, traducidos a las necesidades de cada lugar, en un nuevo lenguaje, que sea entendido por la gente sencilla y que les motive a cambiar sus vidas y creer en el Salvador del mundo.

1. Hay mucho “ciego” que no quiere ver, no ve la actuación siempre constante de Dios en el hombre, no ve la presencia de Dios en nuestro mundo, no ve la acción constante de Cristo en la Iglesia y a estos ciegos de nuestro tiempo, nosotros, los creyentes tenemos que darles la vista, tenemos que abrir sus ojos para que puedan ver a un Redentor que nos busca, ama y quiere la salvación de todos.

2. Los inválidos andan. El cristiano vive un peregrinaje hacia el encuentro del Señor que viene, tenemos que estar ligeros de equipaje, pero a la vez quitar de nuestra vida todo impedimento que nos impida andar con libertad, nos dejamos amarrar, esclavizar, atar nuestros píes por tantas cosas… la Iglesia tiene que estar atenta a las necesidades de nuestra gente y curar esas piernas vacilantes para que tengan el ánimo, la alegría, el gozo de poder caminar con soltura hacia el Señor.

3. Los leprosos quedan curados. El pecado es la peor de las enfermedades, la peor lepra, el pecado es lo que más daño hace al hombre, la Iglesia tiene que ser misericordiosa, acogedora, compasiva siempre, ha de perdonar, acoger, perdonar y amar al pobre pecador, pero a la vez tiene que ser dura en la lucha contra el pecado, sin despreciar o dejar abandonado a su suerte al pecador.

4. los sordos oyen. Creemos que muchas veces predicamos en el desierto, ponemos la fuerza de la “confianza” en nosotros mismos cuando la fuerza de nuestra obra no tiene que estar en nosotros y sí en aquel que nos ha llamado, nos ha elegido para enviarnos a la misión, a la predicación. No esperemos ver los frutos el mismo día de la siembra, eso no pasa en el campo, tampoco tiene que pasar con la predicación, puede que te encuentres con “oídos sordos” pero que cambien el corazón y entonces se abran totalmente al Evangelio de Jesús, Él es quien actúa a través de nuestra pobre palabra, Él quien cambia incluso hoy en día los corazones de piedra en corazones de carne.

5. Los muertos resucitan: te parecerá casi imposible que esto se realice en nuestros días, pero cuantas personas están “muertas” de miedos, soledades, sufrimientos, abandonos, pobreza, que necesitan unas manos curativas que les llenen de vida, nos sorprenderíamos si en realidad nos diéramos cuenta que el Señor está esperando por tus manos para dar sanación, dar vida, dar esperanza, dar consuelo, dar amor. No creas que eso es misión de los grandes santos, esa es tu misión, fácil, sencilla, posible, esperanzadora.

6. A los pobres se les anuncia el Evangelio. Creo que las tornas se cambian, los pobres son los ricos y los ricos son los pobres. El que es pobre, pobre, que no tiene nada, siempre mira al cielo esperando su ayuda, confía, tiene fe.
Pero en nuestro mundo, el que lo tiene todo, el que está saciado, el que vive en la abundancia, se siente vacío, infeliz, incompleto, necesitado. En realidad es más pobre que el que está sentado en una esquina pidiendo limosna aunque tenga millones acumulados en Suiza. Es difícil la tarea que nos pide el Señor, anunciar el Evangelio y que sea comprensible a unos para que se sueltes de sus riquezas y compartan y a los otros para que no se queden sin esperanza plantados en sus pobres miserias. La Iglesia que quiere el Papa Francisco es una iglesia de pobres y para los pobres, de gente que es capaz de abajarse de sus tronos para llegar al hombre necesitado, de gente que es capaz de levantarse de la cuneta para llegar a ser y considerarse a sí mismo como persona, como hijo de un Dios que nos hace a todos iguales, nos hace ser humanos.


Por último, “que nadie se escandalice de Jesús” por nuestra causa, por nuestras flaquezas, por no saber predicar la VERDAD del EVANGELIO, o peor, por predicar un Evangelio deslucido, acomodado a nosotros, transformado por la apatía, el cansancio, la ignorancia o la pereza. Triste es que alguien se vea escandalizado de Jesús por no lograr sus aspiraciones, pero mucho más triste es que alguien se escandalice de Jesús o de la Iglesia por no ser veraz en sus palabras, o por predicar una cosa con su voz y otra muy distinta con su vida. Por desgracia de estos casos tenemos algunos recientes que critican, hablan mal, difaman, injurian a nuestro Papa y Pastor de la Iglesia puesto por la fuerza de Dios, por la mano del Espíritu Santo, muchos de los que le acusan no concuerda sus vidas con el Evangelio, de eso no pueden acusar al Papa, el VIVE lo que predica y PREDICA lo que vive.



sábado, 3 de diciembre de 2016

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO A

¡CONVERTÍOS, PORQUE ESTÁ CERCA EL REINO DE LOS CIELOS!



“Aquel día brotará un renuevo del tronco de Jesé y de su raíz brotará un vástago. Sobre él se posará el Espíritu del Señor…” La palabra que proclamamos viene a llenarnos de luz y esperanza, a animar nuestras vidas tantas veces cansadas, somos, por desgracia, parte de una sociedad cansada, agobiada, que vive demasiado de prisa, sin buscar momentos para mirar a nuestro alrededor, para pensar, para contemplar las maravillas de la creación que nos hablan de un Dios creador Padre lleno de ternura y misericordioso que ha querido en verdad colocar al hombre en el centro de una creación siempre sorprendente y por nuestra apatía siempre amenazada, por eso, por las prisas, por querer llegar más lejos, por querer tener más y ser más.

Pero a pesar de nuestros pecados y abandonos el Señor nos colma de promesas, nos dibuja un mundo que no es utópico, un mundo que puede ser real, donde la paz, el amor, la justicia, la alegría, la hermandad, el consuelo pueden ser el centro del corazón del hombre, esto parece que está muy lejos de nosotros, sin embargo está en nosotros, como un tronco que amenaza muerte, desolación, tristeza se vitaliza con el nacimiento de un retoño, de la VIDA, así nosotros nos fortalecemos de nuestras miserias y de nuestra misma muerte con la VIDA plena que nos viene a dar Jesús, que ya está en camino hacia nuestros corazones para nacer en nosotros, para morar en la casita-Belén de nuestro interior.

En la segunda lectura, el apóstol nos da la clave para llegar a la meta, la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras. No podemos dejar de leer las Sagradas Escrituras, no podemos vivir pensando que lo sabemos todo y desconocemos lo más importante, al Señor, quien no conoce de verdad tampoco puede amar de verdad, la ignorancia nos aparta de Dios, mucha gente que manifiestan en nuestros días su apatía hacia lo religioso, incluso su negación de Dios no lo hacen por maldad, por desprecio, por ir contra Dios, lo hacen por simple ignorancia, muchos de estos tales si conocieran un poquito más de las Escrituras buscarían a Dios con todo su corazón.

En cuanto al Evangelio se nos dice que el Bautista se presenta en el desierto para predicar la conversión, y es hermanos que si no nos adentramos en el desierto de nuestra vida difícilmente podremos convertirnos. ¿Qué hay en el desierto? NADA, está vacío de todo, de lujos, de comodidades, de VIDA, si nosotros no somos capaces de vaciarnos, si nos mantenemos “llenos” de TODO, si estamos siempre saciados, difícilmente buscaremos una auténtica conversión, y sin ella nuestra vida espiritual será simplemente al ras de la piel, sin profundidad, sin esperanza.

Alegrémonos y mucho pues la Palabra proclamada en este segundo domingo de adviento nos llena de esperanza y nos da muchas claves para vivir plenamente el encuentro lleno de luz con Jesús que viene a nosotros, que camina a nuestro encuentro para llenarnos de su paz y de su amor.


Que paséis un feliz domingo, día del Señor, y que de Él recibáis toda clase de bendiciones, que de verdad Él esté con vosotros, esté en vosotros.