Cada día es una bonita experiencia, y si andamos con niños la experiencia es mayor, más entrañable, llena más.
No podía ser menos, en la Misa mensual que tenemos con los niños de la Catequesis donde ellos participan en todo, desde preparar la Mesa del Altar, lecturas, cantos, algún que otro dialogo en la predicación… pues ayer viernes se les impuso la ceniza, como compromiso de amor grande y sincero al Señor. Un amor que llena sus corazoncitos de niños.
Pero la mayor vivencia quizás sea la nuestra, la de los adultos que contemplamos sus caritas de asombro ante lo novedoso, ante el misterio…
Es una bendición ver como año tras año va aumentando el número de niños, pese a tener unas pésimas condiciones para recibir a los niños, pero es así la vida, no hemos recibido más que zancadillas de los poderosos de “arriba” cada vez que solicitamos permisos para adecentar las instalaciones, menos mal que lo hecho está hecho gracias a no haber perdido tiempo y dinero solicitando permisos.
Pidamos al Señor y a nuestra queridísima Madre del Rosario que estas llamas encendidas en los corazones de los niños no se apaguen nunca y que algún día no muy lejano sean ellos los que den lumbren a las lámpararas apagadas de tantos cristianos adormecidos y que viven la fe a oscuras. Gracias a los Catequistas, a Adela, Paquita, Maite, Paco, Juan Carlos y a Aaron con sus grupos de preparacion para el Sacramento del Bautismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario