jueves, 19 de septiembre de 2013

El Papa toca con el dedo las llagas de nuestra Iglesia.






(El Papa Francisco aboga por una Iglesia “capaz de salir de sí misma yendo hacia el que no la frecuenta, hacia el que se marchó de ella, hacia el indiferente”. Pero para eso se necesitan “pastores y no funcionarios clérigos de despacho”. Francisco aboga por acercarse “a los cristianos que de un modo u otro mantienen heridas abiertas”.

El Papa Francisco piensa también en “una mujer que tiene a sus espaldas el fracaso de un matrimonio en el que se dio también un aborto. Después de aquello esta mujer se ha vuelto a casar y ahora vive en paz con cinco hijos (…) Está sinceramente arrepentida. Le encantaría retomar la vida cristiana. ¿Qué hace el confesor?”. “El confesionario no es una sala de tortura”…)
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Quiera Dios que entendamos bien esto, pues de nuestra acogida y de no hacer juicios y condenas depende la salvación de muchos. El sacerdote que es duro o cruel con el pecador en el confesionario no creo que debería ponerse jamás a confesar, un pecador no puede castigar con palabras a otro pecador, aquí todos pecamos, pero si te sientas para hacer el trabajo de Cristo, no te puedes sentar nada más que con actitud de amor, acogida y perdón. Si más de uno experimentara esto al confesarse seguro que no abandonaría la Iglesia, pues sería ese recinto de paz y amor. Que misterios los de Dios. Dejar cosas de tanta importancia para la salvación de las almas en simples mortales, pero así es Él, así nos quiere y así confía en nosotros.

Lo que más recuerdo de la Pastoral parroquial en la Parroquia de Santa Catalina de Siena de Puerto Rico en mi tiempo de párroco es el bien que se hacía con el grupo de apoyo para personas divorciadas, separadas, solas... lo mismo con el grupo de apoyo para personas que habían perdido un ser querido, así como los "Padrinos de preparación para el Matrimonio", todos estos grupos pastorales avivados y fundados por el P. Carlos Robles, OP, un gran pastor que aplicaba la psicología pastoralita según el problema que traía en parroquiano.
El Señor nos ha puesto aquí, en la Iglesia para ser solución de problemas, no para ser el problema, lo nuestro es servir y nada más.

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