CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS. 2 DE NOVIEMBRE
La
Iglesia
ha querido instituir un día que se dedique especialmente a orar por aquellas
almas que han dejado la tierra y aún no llegan al cielo.
Los vivos podemos ofrecer obras de penitencia, oraciones,
limosnas e indulgencias para que los difuntos alcancen la salvación.
La
Iglesia
ha establecido que si nos confesamos, comulgamos y rezamos el Credo entre el 1
y el 8 de noviembre, podemos abreviar el estado de purificación en el
purgatorio.
ORACIÓN AL PADRE
Padre y Señor de mis
contadas horas,
dueño total de mi destino cierto,
camino que me lleva hasta lo
incierto
de un final que, fijado, no
demoras.
En mi soledad estás,
en ella moras.
Con mi sed de Ti tengo el pecho
abierto
y nada de este mundo me ha
cubierto
estas hambres de Ti tan a
deshoras.
Tanto el alma de Ti
tengo ya llena,
tanto el cuerpo sin Ti se me
gangrena
que en Ti encuentro el bálsamo y
la herida.
La espera de tu
abrazo me sostiene
y sólo en este mundo me mantiene
saber que tras
la Muerte
tendré Vida.
Que las almas de los difuntos, por la misericordia de Dios,
descansen en paz. Así sea.
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