TODOS LOS SANTOS, LOS DIFUNTOS Y OTRAS CELEBRACIONES MODERNAS QUE ASUNTAN Y ENTRISTECEN, COMO OCURRE CON HALLOWEEN.
La celebración de todos los Santos es una fiesta entrañable y que da esperanza, son aquellos que nos han precedido y que por su bondad están en el cielo. Todos los que están en el cielo son santos.
Aveces pienso, que tal como están las cosas con la costumbre de visitar los cementerios y hacer la limpieza y poner flores el día de los Santos, la Iglesia tendría que separar esta fiesta, distanciarla en el tiempo de los difuntos, y sobre todo de Halloween, para no mancharla con prácticas paganas y con degradaciones de aquellos que sólamente se quedan con el cementerio.
Todos los Santos es más que el cementerio, es reconocer la gloria de Dios dada a los hombres y mujeres, jóvenes y niños que han pasado por la vida haciendo el bien, no son pocos, son multitud, son mayoría, inmensa mayoría, afortunadamente en el mundo hay mucha gente buena que de una manera o de otra son BIENAVENTURADOS. Por una u otra de las 9 bienaventuranzas: 1. Los Pobres de espíritu, 2. los mansos, 3. los que lloran, 4. los que tienen hambre y sed de justicia, 5. los misericordiosos, 6. los limpios de corazón, 7. los que buscan la paz, 8. los perseguidos por causa de la justicia, 9. los que son injuriados y perseguidos por la fe en Cristo el Señor.
Reconocemos el poder del Señor, el obrar de su Divina Misericordia en nosotros, pero sabemos que para entrar en el cielo hemos de estar totalmente limpios. El Purgatorio está muy discutido hoy en día, yo recuerdo a un gran predicador el P. Royo Marín que decía, al cielo, todos al cielo, esa es nuestra meta, pero que ocurre con el purgatorio? pues es así, los más santos van como en un cohete, rápidamente, inmediatamente, los algo menos cono en un avión, los menos como en un coche y los mucho menos andando, pero van, tardarán más en llegar, pero llegarán. Por ellos sí tenemos que rezar, por las almas que aún no han llegado a la Gloria de Dios, pero que están en camino.
¡Oh Jesús mío, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas de tu divina misericordia!.
Dios y Padre nuestro, te ofrecemos la vida, muerte, gloria y divinidad de tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo, como remisión de nuestros pecados y salvación del mundo entero.
Por tu dolorosa pasión, tengo misericordia de nosotros y del mundo entero.
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