EL PAPA BUENO Y CERCANO:
Con profunda emoción y devoción millones de personas han escuchado hoy
al Papa y han experimentado su profunda humildad y cercanía además de
escuchar su mensaje sencillo y asequible para todas las personas,
escuchamos en su homilía:
“¿Cómo vive José su vocación como
custodio de María, de Jesús, de la Iglesia? Con la atención constante a
Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al
propio; y eso es lo que Dios le pidió a David, como hemos escuchado en
la primera Lectura: Dios no quiere una casa construida por el hombre,
sino la fidelidad a su palabra, a su designio; y es Dios mismo quien
construye la casa, pero de piedras vivas marcadas por su Espíritu.
Y José es “custodio” porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su
voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que
se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos,
está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas.
En él, queridos amigos, vemos cómo se responde a la llamada de Dios,
con disponibilidad, con prontitud; pero vemos también cuál es el centro
de la vocación cristiana: Cristo. Guardemos a Cristo en nuestra vida,
para guardar a los demás, salvaguardar la creación.
Pero la
vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino
que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana,
corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la
creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra
san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y
por el entorno en el que vivimos.”
Que Dios bendiga siempre al
Papa Francisco, y que no falten nunca nuestras oraciones por él, pues
las necesita y mucho, para que el Espíritu Santo esté siempre a su lodo y
lo proteja.
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