jueves, 19 de enero de 2017

DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A


UNA LUZ BRILLÓ:

En la primera lectura Isaías también a nosotros hombres y mujeres del siglo XXI nos quiere anunciar que caminar en la luz es posible, por más que el hombre moderno se empeñe en vivir en la oscuridad de la noche, la claridad siguie siendo anuncio de amor y de esperanza para el pueblo que no se instala, que quiere caminar, que avanza hacia el encuentro del Señor.

LA UNIDAD, POR ENCIMA DE TODO:

Es esta segunda lectura de San Pablo clama por la unidad, las divisiones favorecen el plan del enemigo, le siguen en su corriente, nos apartan de esa plena unidad que quiere para todos nuestro único Pastor, el Señor Jesús. Muy apropiado al dar inicio hoy día 19 de Enero el Octavario por la unidad de los cristianos. ¿Quién es de Apolo?, ¿Quién de Pablo?, todos somos de Jesús, el nos llama a permanecer en la unidad, solo unidos seremos fuertes, los graves problemas de la Iglesia de nuestro tiempo no son otros que el estar divididos, desunidos, separados, rotos… solamente cuando logremos esa plena unidad seremos fuertes, seremos auténticamente de Cristo. Pero ya no se trata solamente de lograr la unidad entre Cristianos separados, se trata de luchar por la unidad en nuestra Iglesia, lo vemos en las reces, unos son del Papa Pío XII, de ahí no avanzan, ahí se quedaron anclados, otros de Benedicto, los que no quieren a Francisco, otros del Papa Francisco, el único Papa puesto por el Espíritu Santo, aunque Cardenales salgan ahora queriendo quitar valor y fuerza a su palabra liberadora y justa; son muchas personas y no se dan cuenta que Cristo solamente hay uno.

LLAMADA Y CONVERSIÓN:

El Evangelio de este III Domingo del tiempo ordinario nos hace una profunda llamada a la conversión, solo si nos convertimos cada día podremos estar con vista audaz para ver que es lo que quiere el Señor de cada uno de nosotros, no dudéis que Él siempre quiere algo de ti y de mí, de nosotros,  algo distinto, diferente, algo que guardamos en nuestro corazón, pero que si no nos espabilamos pasarán los días, los años y ahí dentro se perderá por no estar a la escucha.

Que a través de esta Palabra proclamada nos sepamos situar donde Dios verdaderamente quiere que estemos cada uno, para que así en todo y sobre todo cumplamos el plan que tiene para nosotros y para nuestro entorno.


Pasad un feliz Domingo, día del Señor, y en esta semana orad mucho por esa tan anhelada unidad que tanta falta nos hace para que nuestro testimonio sea más creíble. Un cordial abrazo para todos.

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