viernes, 17 de febrero de 2017

SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO DEL CICLO A



EL LARGO CAMINO DE UNA MORALIDAD SANA.

El libro del Levítico, en la primera lectura nos dice que tenemos que ser santos, si lo leemos así, sin pensarlo demasiado podríamos concluir que es ya de sí fácil decirlo pero nos parece casi imposible lograrlo. Pero el Señor en el Levítico nos da la manera de llegar a la santidad, no es tan complicado, solamente tenemos que desterrar de nuestro corazón el ODIO y la VENGANZA, es decir, tenemos que AMAR y con el amor nos asemejamos más y más a nuestro Padre Dios y alcanzaremos más rápidamente la santidad. ¿Difícil o sencillo?, es cuestión de ponerse a ello y ser valientes.

La lectura segunda de San Pablo a los Corintios, nos enseña también como llegar a la santidad, y nos anima a ser sabios y no dejarnos engañar, pero nos advierte que lo sabio del mundo es necedad para Dios y lo que es sabio para Dios es necedad para el hombre mundano, pues apliquémonos en buscar esa sabiduría de Dios para ponerla en práctica y así buscar agradar a Dios en lo que decimos y hacemos, aunque, por desgracia, estos criterios de Dios no sean los criterios de la corriente que lleva al mundo por el camino de la perdición. Si queremos podemos encontrar el camino, todo está en querer.

En el Evangelio de San Mateo de este domingo se nos habla de vivir la vida cristiana desde una perspectiva radical, con un corazón noble, con un amor que va más allá de los meros deseos humanos.

Queramos o no, nos acercamos mucho a la antigua ley del “ojo por ojo” que practicaban los antiguos y que tanto practicamos en nuestra sociedad moderna, por eso los consejos que nos deja Jesús en este Evangelio a muchos les puede sonar a “chino”, pero está claramente dicho para que no caigamos en error alguno. Amar de por sí ya nos cuesta si nos salimos de nuestro círculo de parientes y amigos, pero amar incluso a los enemigos, a los de otra iglesia, a los de otro partido político, a los de otra raza o nación… eso es ya otra cosa muy distinta, pero que Jesús pone en primer lugar como condición de veracidad de nuestro amor, pues no es amor todo lo que estamos acostumbrados a llamar e esta manera, amar es AMAR hasta el extremo, es perdonar siempre, es no guardarse el coraje, la rabia, el rencor en el corazón, es saber “soltarlo” todo sin dejar nada amarrado, apartado en ese recinto del recuerdo o de la memoria, apartado ahí para en cuanto surja la oportunidad descargar toda nuestra furia contra quien nos hizo daño, sin aprender a perdonar, a olvidar, a hacer nuevas las cosas, como hace Dios con nosotros.


Por tanto, busquemos no andar por las ramas en el camino de la vida y caminar este camino de la perfección que nos invita Cristo a recorrer. Que paséis un muy feliz fin de semana y sobre todo un feliz Domingo, día del Señor y con el Señor en vuestra vida y en vuestro corazón.

1 comentario:

  1. Vivir en cristiano es `posible cuando nos hemos propuesto seguir a Jesús: Hay que entregarse...hay que ponerse al servicio del otro; esto supone siempre un desgaste físico y psicológico; hay que aprender a vivir el evangelio perdonando siempre...Lo del ojo por ojo no nos sirve porque está fuera del ámbito del evangelio y un cristiano no se lo puede permitir. Un cristiano debe saber sobreponerse y comportarse cuando lo agreden..., ha de ser capaz de tenderle la mano a su agresor y rezar por él. Vivir en cristiano es un servicio de amor... es coger la cruz cada día y seguir a Jesús. Paz y Bien. MªJosé Bermúdez.

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