jueves, 29 de marzo de 2012

"La religión no es causa de la guerra sino antídoto contra toda violencia" ENTREVISTA A D. JUAN DEL RÍO, ARZOBISPO CASTRENSE DE ESPAÑA; y un artículo mío sobre la Legión Española

S. E. Rvdma. D. Juan del Río, Arzobispo Castrense.


"La fe no se vive igual si cada día te estás jugando la vida por otros, como hace el militar para defender la libertad de sus conciudadanos y la independencia de su patria". Así de contundente se muestra Mons. Juan del Río (Ayamonte, 1947), arzobispo castrense de España, en referencia a la especial atención espiritual que requieren los miembros de las Fuerzas Armadas y que justifica la existencia de una sede episcopal que data de 1668, y que por lo tanto "tiene una jurisdicción más antigua que muchas diócesis españolas". Muy ligado al mundo del periodismo, continúa publicando un artículo semanal en www.arzobispadocastrense.com

Antonio Moreno

–Iglesia y ejército. Hay gente que opina que son términos incompatibles.

No son incompatibles en absoluto.
Los militares cristianos son los servidores de la paz entre las armas. Son aquellos que sirven a la patria y están dispuestos a entregar su vida para que otros tengan seguridad, otros tengan libertad y para que otros puedan, precisamente, opinar sobre todo lo que quieran opinar. Porque si no hay independencia, libertad ni seguridad, simplemente no existimos.

–Muchos cristianos abolirían directamente los ejércitos. ¿Tiene justificación desde el Evangelio?

–Les diría que lean la Pasión y que vean que fue un soldado romano el primero que hizo una profesión de fe en el Dios crucificado: "verdaderamente éste era el Hijo de
Dios"; y que Jesús curó al criado del centurión romano. A lo largo de la historia, la Iglesia siempre ha estado con los hombres que han defendido su patria.

–O sea, que se puede ser "santo con dos pistolas"

–Se puede ser santo con la gracia de Dios, lo demás es añadido, coyuntural, para la legítima defensa.

–También hay quien dice que la existencia de capellanes es un "privilegio" de la Iglesia Católica

–La asistencia religiosa es un derecho del militar creyente, sea de la confesión que sea. Y eso está reconocido como un derecho fundamental de la persona.
No es una concesión de los estados.
Lo mismo que los militares tienen derecho a ser atendidos médicamente o psicológicamente, pues también tienen derecho a ser atendidos en el orden espiritual.
La Iglesia Católica es muy valorada por los otros credos. En vuestra diócesis, concretamente en Melilla, la gran convivencia pacífica que se da es una demostración de que la religión no es causa de la guerra, sino todo lo contrario: antídoto contra toda violencia; cuando verdaderamente se vive la sana religión, sea musulmana, cristiana, judía, etc. Solamente cuando se manipula y se utiliza el nombre de Dios en vano es cuando aparece la violencia.

–Usted ha dicho que el catolicismo popular es un gran freno contra las sectas

–No sólo contra las sectas, sino contra la secularización. Yo ahora, como arzobispo castrense, tengo que viajar mucho y veo la gran suerte que tiene Málaga del fenómeno de la religiosidad popular porque es una pequeña llama humeante en medio del frío invierno de la secularización.
Donde hay una cofradía, la gente sabe que Cristo murió en la cruz, que la Virgen se llama María y los grandes momentos existenciales de su vida lo vive con referencia a lo sagrado, cosa que en otros sitios no se da.

-Y sobre la presencia del ejército en las procesiones, ¿qué nos dice?

–Es algo que reclama el mismo pueblo, porque la institución militar es muy querida, lo mismo que son muy queridas las grandes devociones a Cristo y a la Virgen. Aquello que se quiere es aquello que se expresa. Si se ama al ejército, se quiere que en los días grandes esté presente.

Juan del Río, arzobispo castrense.



A continuación mi artículo que sale en el Semanario "DIOCESIS"

CLAVE
La fe se vive como un sentimiento, una idea abarcadora, una experiencia que lo puede todo, lo mide todo, lo pesa, lo valora. Toda la experiencia humana se ve distinta desde la fe. Te da el color en tu vida y te da la fuerza para sobrevivir.
Mi experiencia con los Caballeros Legionarios ha sido enriquecedora, uno les mira o les admira, o puede que lo que la gente vea en ellos durante las guardias al Cristo de la Buena Muerte o en el Traslado del Cristo o en la Estación de Penitencia sea puro espectáculo, pero no. Hay más.
A través de la confesión he aprendido a valorar la fe de los Legionarios, el amor a Cristo,  la certeza puesta en Él, la confianza de estar cerca, de valorar esa cercanía, en el corazón, en la memoria, en el tener el honor de cargar con su Imagen, en llevar la medalla o una pequeña Cruz, o una estampa en la cartera cuando parten a las misiones de riesgo. Sí, no todo es folclore, hay fe, hay amor, hay emoción, hay lágrimas que arrancan la necesidad de sentirse perdonados y protegidos por su Cristo. Y esto vale, y da valor al hombre, valor para ser incluso “un novio de la muerte”.

P. Francisco E. García, O.P.
Párroco de Santo Domingo y Director Espiritual de la Congregación de Mena


La entrevista y el Artículo ha sido editado por el Semanario “DIOCESIS”: Delegación Diocesana de Medios de Comunicación Social (Calle Postigo de San Juan, 5. Segunda Planta) 29005 MÁLAGA





Fotos de años anteriores, del traslado del Cristo de la Buena Muerte, la Guardia de la Legión y otras relacionadas con MENA.

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