Es la ultima semana de lo que
podría llamar mis vacaciones, dado que el motivo de estar tanto
tiempo por aquí ha sido la convalecencia ocasionada por el infarto.
Ha sido una pena que en este tiempo perdiera tantos y buenos
proyectos relacionados principalmente a mis bodas de plata de la
Ordenación de Presbítero, entre ellos quedó sin celebrarse el
mismo 25 aniversario, el viaje a Puerto Rico o el viaje que pensaba
hacer a Italia. Pero siempre se ha dicho eso de que : “el hombre
propone y Dios dispone”
Pero una cosa es cierta,
quedarse en Ormas tiene muchas ventajas que muchos desconocen o no
entenderían, es gozar de la hermana y siempre querida Naturaleza que
diría en Seráfico S. Francisco de Asís, es gozar del silencio
total, de la ausencia de contaminación, es como tener aire
acondicionado siempre en la casa, es estar a 34grados fuera y entrar
al cuarto y estar a unos 14 o 15 grados, es en definitiva una
maravilla. Siempre lo digo y lo repito, para dormir, el pueblo.
Este domingo hemos ido a misa a
la ermita del Abra, sorprendente, estaba llena de gente,
principalmente de los pueblos del centro y alto Campoo. Ahora
entiendo el por qué D. Carlos, el Párroco ha puesto a las 12:30
esta misa, es bonito ver la amplia iglesia llena, como un día de las
Nieves.
Tiene como negativo que no
vienen muchos días buenos seguidos, pero eso es algo a lo que
estamos acostumbrados, y yo que he vivido 22 años en Puerto Rico y
posteriormente 13 años en la bendita tierra andaluza, en Jerez de la
Frontera dos años, en Granada seis, en Málaga cinco y ahora
destinado nuevamente a Granada, a lo que el destino depare.
Bueno, dejo de escribir para ir
a regar las lechugas que plante ayer en el huerto, es una experiencia
maravillosa esto de la agricultura, es como contemplar un milagro,
plantas algo tan pequeño y delicado y en pocos días ves como da el
estirón y comienza a crecer. Es como la misma vida, estamos bien
ligados a la madre tierra, y pasear por estos parajes es toda una
dicha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario