Domingo XXV del Tiempo ordinario del ciclo C
El dinero, la riqueza, son temas que de vez en
cuando salen en la Palabra
de Dios proclamada y siempre tiene una buena lección para cada uno de nosotros.
De hecho, no es que se condene a priori la riqueza o al rico, lo que sí se
condena es el uso que hacemos con los bienes materiales. Lo cierto es que a
esta vida todos llegamos de la misma manera y cuando nos vamos a la otra lo
hacemos igual que cuando vinimos al mundo, todo se queda aquí, nada de lo que
hemos amasado será para nosotros y los que heredan… los herederos o
despilfarran lo que por años te costó acumular o se dan la buena vida sin
trabajar derrochando lo que para ti fue sacrificio, penalidades y ahorro. No,
no es cuestión solamente de tener, tampoco lo que haces con tu dinero siempre
que seas generoso con el que no tiene nada, pero lo que Dios no soporta del
hombre, y eso se desprende de la
Palabra proclamada en la primera lectura y en el Evangelio es
que sea usurero.
Tampoco no nos engañemos con los pobres, puede darse
muchas razones para que el hombre caiga en una total pobreza, y muchas pueden
ser por causas ajenas, pero el que es pobre por desidia, por abandono de las
responsabilidades, por dejadez, por vagancia entonces no entra en el grupo de
estos “Pobres” que el Señor quiere “levantar de la miseria. Todos, pobres y
ricos tienen que hacer un esfuerzo para hacer de este mundo un mundo más justo,
más equitativo. Pero hay que esforzarse, hay que trabajar.
San Pablo nos hace una llamada a la plegaria, una
plegaria unánime entre todos nosotros, una plegaria confiada, pues Dios es
Padre de amor y de misericordia y Cristo el Señor, ha muerto por TODOS PARA
RESCATAR A TODOS DE LA
MISERIA. Él es el misericordioso, nosotros, si somos de Él
tenemos que orar y ser misericordiosos unos con otros.
Que nos esforcemos en apartar de nosotros toda
codicio, envidia, egoísmo, avaricia y compartamos en caridad con todos lo que
tenemos, que seamos conscientes que no es dar por dar o dar a aquellos que van
a hacer un mal uso de tu limosna, bien para vicios, bien para mantenerse en esa
situación de miseria sin esfuerzo alguno para progresar. Hay muchos organismos
bien fiables como es CARITAS, para que nuestra aportación en caridad sea justa
y equitativa, a la vez que confiada.
Que paséis un feliz domingo lleno de amor y de
misericordia.
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