Antes del paso del río:
La primera lectura quiere que cada uno de
nosotros, bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
como el pueblo judío, también miremos hacia atrás. ¿Qué era este pueblo antes
de cruzar el río después de vivir esos 40 años penosos en el desierto?, ya lo
dice la lectura, el Señor te sacó de la esclavitud de Egipto, te hizo recorrer
aquel desierto terrible, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti
de una roca de pedernal, que te alimentó con el maná… ¿Y a nosotros los
cristianos?, nos ha llamado a vivir una vida de santidad, creados por Dios a su
imagen y semejanza, nos ha borrado nuestros pecados, nos da su gracia para
vivificarnos, nos da un alimento infinitamente mejor que el maná de los
antiguos en el desierto, nos da a comer su CUERPO y a beber su preciosísima
SANGRE, derramada en la CRUZ
para remisión de los pecados y salvación de toda la humanidad. Celebramos hoy
domingo el CORPUS CHRISTI, pero ciertamente esta fiesta maravillosa la
celebramos cada vez que recibimos el CUERPO DE CRISTO en la celebración de Acción
de gracias, la Santa Misa ,
también la celebramos cada vez que entramos en un templo y nos postramos en
oración ante el SAGRARIO, o cada vez, que por alguna circunstancia no podemos
recibir al Señor cuando acudimos a la
Misa y hacemos, con corazón humilde una COMUNIÓN ESPIRITUAL.
Sí hermanos, nosotros ya hemos pasado el río,
ya estamos en la tierra de promisión, ya hemos lavado nuestros cuerpos en el
agua que nos purificó, entramos a este “río” de nuestro bautismo donde morimos
al pecado y surgimos de él revividos para la vida con Dios, una vida en Dios,
una vida de Dios en nosotros y con nosotros.
Nuestra vida está marcada por la UNIDAD :
Es el mensaje que nos da San Pablo en la
segunda lectura, estamos unidos por el cáliz de nuestra acción de gracias,
unidos como COMUNIDAD en la sangre de Cristo, lo mismo que nos une el CUERPO DE
CRISTO que comulgamos, ya que el PAN ES UNO, y así nosotros, aunque somos
muchos, formamos un solo CUERPO, porque comemos todos del mismo pan. Que grande
es el Señor, por su cuerpo y sangre y con su cuerpo y sangre nos une a nosotros
para unirnos con Él y ser una sola cosa, y así, con Él y por Él unidos, bajo la
acción constante del Espíritu Santo con el PADRE Y SER ¡UNO!. Cuando nos
daremos cuenta de lo importante que es ser UNO y comencemos a obrar en
consecuencia.
El que come de este pan vivirá para siempre:
Es el mensaje que nos da San Juan en el
Evangelio. Este es mi cuerpo, esta es mi sangre y no tenemos vida en nosotros
si no comemos su cuerpo y bebemos su sangre, Si comemos su cuerpo y bebemos su
sangre tendremos VIDA ETERNA y Él nos resucitará en el último día. Más claro
imposible. Por eso se hace difícil entender que estando tan claro, tan bien
dicho y con tanta claridad nos encontremos con tantos cristianos o que se dicen
ser cristianos que pasan de la
MISA , pasan de la
COMUNIÓN , PASAN DE LA VIDA
DE LOS SACRAMENTOS. Y el que pasa de esto se pasó de largo
ante las miles de oportunidades que el Señor le ha ofrecido. Que estemos
pendientes del Señor, de lo que nos dice, de lo que nos ofrece, de cómo quiere
que actuemos en la vida para que la VIDA NO
PASE de nosotros, estar sin Cristo es estar ya muerto, puerto para la VIDA , muerto para LA GRACIA , muerto para la SALVACIÓN QUE EL SEÑOR NOS DA.
Que paséis un feliz domingo día del Corpus
Christi, que recordéis que este día está marcado por la fraternidad, por eso
las colectas que se hacen en las iglesias están dedicadas a CARITAS DIOCESANA,
para ayudar a los desfavorecidos, a los necesitados, para ser más humanos, más
cristianos, mejores cristianos. Que el Señor os bendiga.
En la procesión del Corpus, tapando con la mano la frente abrasada por el inmenso calor que hacía en la calle. |
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