jueves, 7 de diciembre de 2017

8 DE DICIEMBRE: LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA.



TODO CAMBIÓ CON EL “SÍ” DE MARÍA.

En la primera lectura se nos presenta la historia de Adán y Eva, para anteponer a estos personajes que nos traen la ruina por el pecado los nombres de Jesús y de María que son los artífices de ese plan de salvación que Dios tiene para la humanidad.
El pecado acecha donde sobreabunda la gracia de Dios, por eso la serpiente acecha a la Virgen María y a su Hijo con intención de herirlos, pero el Dios del amor que vela por nuestra salvación sabe proteger a la Mujer, nueva Eva, que nos facilita con su sí la salvación que nos ofrece con cu entrega y sacrificio Jesús, el nuevo Adán, el hombre nuevo que en sí renovará a toda la humanidad caída y por los Sacramentos de la Iglesia nos hará nuevos a todos. Para llegar a la salvación tiene que morir en nosotros ese hombre viejo que procede de Adán y resurgir de las aguas del Bautismo el hombre nuevo que con y desde la Iglesia formemos parte de la humanidad redimida por el Señor.

Ya nos lo dice con perfecta claridad San Pablo en la carta a los Efesios: Hemos sido elegidos en la persona de Cristo, antes de la creación del mundo. Dese ese inicio de todo lo que existe Dios ya nos tenía pensados, estábamos en su plan, pensados para una vida plena, de gracia, de amor, de felicidad, de gloria. Una gran pena que el pecado todo lo arruina y malogra, por eso aferrémonos a la Gracia de Dios y que nos ayude a morir cada día al hombre viejo para ser nuevas criaturas en Cristo el Señor.

El Evangelio de Lucas nos habla de ese Sí de María, el sí que posibilitó realizarse el plan de salvación de Dios para todos, el sí que abre la puerta del cielo para que por ella descienda a nosotros la Palabra encarnada, el sí de la joven humilde que quiere en todo hacer la voluntad de Dios aunque se le escapen conceptos y detalles que el Ángel del Señor tendrá que aclarar al decirle a María la situación presente de la pariente Isabel y su embarazo a pesar de la edad avanzada de los padres. Y ese sí irá día a día aclarando en el corazón de María tantas cosas que sin entenderlas las guardaba para en las noches de oración ir pensando en ellas y meditándolas. Que afortunada María, no tenía móvil, no sacaba fotos de cada acontecimiento, de Jesús naciendo entre animales por no tener lugar en la posada, ni de la presentación como pobres ofreciendo un par de tórtolas, ni cuando se perdió en el templo, ni cuando sangró de pequeño a consecuencia de una caída, ni de la salida de noche para uir a Egipto y salvar al niño ni de tantos otros recuerdos. Nosotros todo lo quereos gravar, sacar vídeos y fotos, pero por desgracia pocas cosas guardamos, como María, en nuestro corazón, así vivimos la vida que pasa tan rápidamente y tan vacía para tantas personas.
¡Aquí está la esclava del Señor!, ese es el resumen de toda una vida de amor a Dios y entrega al plan de salvación de la humanidad, que nosotros tengamos para Dios en nuestro tiempo muchos momentos de aceptación como María, para que se haga en todos la voluntad de Dios y no nuestra voluntad ni nuestros caprichos. Que su Inmaculado Corazón interceda constantemente por cada uno de nosotros ante Dios nuestro Padre, ya que INMACULADA tenía que ser la que aceptó hasta las últimas consecuencias ese plan de dolor y espada clavada en el corazón, de huidas y carreras para salvar al Hijo de la serpiente del pecado, de soledad por las ausencias del Hijo cuando comenzó la vida pública, de desprecios, persecución, pasión y muerte en una Cruz y de muchas horas de oración para consolar a los Apóstoles abatidos por el desánimo hasta que Pentecostés lo llenó todo y puso de nuevo cada cosa en su lugar.
Que peséis un feliz día de la Inmaculada.


Fr. Francisco E. García Ortega, O.P.

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