miércoles, 6 de febrero de 2013

EL MIÉRCOLES DÍA 13 DE FEBRERO COMIENZA LA SANTA CUARESMA:

Miércoles día 13
FEBRERO 2013
MIÉRCOLES DE CENIZA




 
Ya, muy pronto dará Comienzo la Santa Cuaresma:

Es un tiempo de oportunidades, de desierto, de mirar hacia adentro y limpiar la casa para que la gracia de Dios que tan generosamente se desborda en cada uno de nosotros pueda tener espacio para inundar nuestras vidas y llegar convertidos de corazón a la Gran Semana Santa, la Semana Mayor de nuestra vida, de nuestra Iglesia.

Cada año, este tiempo nos ofrece una ocasión providencial para profundizar  en el sentido y el valor de nuestra identidad cristiana, nos estimula a descubrir -de nuevo- la misericordia de Dios y nos invita a que seamos nosotros  mismos más misericordiosos con nuestros hermanos.

Nos reuniremos este miércoles de Ceniza, respondiendo a la invitación del Señor para empezar estos 40 días de preparación para la Pascua, con anhelo de conversión. Y lo haremos  con esperanza, porque sabemos que el amor y el perdón de Dios, nuestro Padre, es siempre mayor que nuestro pecado y nuestros fracasos. Con Él siempre podremos comenzar de nuevo.Este año no olvideis que está marcado por ser el Año de la Fe y que esto nos obliga a poner más ilusión en todas nuestras celebraciones. A hacer un mayor esfuerzo por que nos sea de más utilidad espiritual.

La ceniza que recibiremos será como una oración que, desde el fondo de nuestro corazón, sube a Dios, siendo conscientes de que sin Él no podemos hacer nada. 
Las lecturas que escucharemos, nos llamarán a la conversión, al cambio de nuestra vida. Y nos dirán que, hoy mismo, si volvemos a Él con  ánimo firme y sincero, será para nosotros el día de la salvación, el tiempo de gracia. 

En este tiempo de gracia y reconciliación, el Señor nos ofrece tres pistas para la acción, que debemos interpretar y vivir adecuadamente: 

El ayuno: aprender a privarnos de tantas cosas para estar más libres para Dios. Sentir la fatiga y el hambre que tantos en el mundo padecen para ser más solidarios unos con otros, y tener un corazón más comprensible y vivir la vida más sacrificadamente.

En la oración: aprendemos a encontrarnos a solas con el  Señor, para estar en comunión con Él, para que por nuestro dialogo con él abramos nuestro corazón a la escucha de su Palabra y nos debemos llenar de su vida.

La limosna: Con la limosna aprendemos a compartir el fruto de nuestro sacrificio y dar el verdadero sentido a nuestro ayuno, que no se trata de dejar de comer por dejar de comer o por aprovechar estos 40 días para ponernos en la línea y lucir un cuerpo saludable, sino de compartir con el necesitado no de lo que nos sobra, sino de aquello que incluso nosotros tenemos escaso y con necesidad para nuestro propio sustento, pero que aún así compartimos.

La Ceniza:  Esta ceniza que vamos a recibir en nuestras cabezas será el signo de este camino de conversión que nos llevará hasta el gozo de la Pascua. Mientras nos imponen la ceniza oiremos una invitación clara: “Conviértete y cree en el Evangelio”.  Luego, -según costumbre de cada parroquia- cada uno de nosotros, expresamos la acogida y respuesta a esta invitación, poniendo la mano sobre la Biblia y santiguándonos luego. Con ello manifestamos delante de toda la comunidad que  aceptamos  ponernos en camino de conversión. De no hacer este rito con un claro AMÉN al recibir la ceniza es sificiente.
Que estos días que se avecinan sean en verdad días de preparación para que este año, repito, año de la fe,  vivamos la Pascua con profunda alegría, que sintamos en nuestro corazón al vivir la Resurrección de Cristo que nosotros arrancamos ya en nuestros días de esta vida mortal a formar parte de su inmortalidad, a gozarnos ya de nuestra futura resurrección, pues tenemos las promesas del que resucitó de entre los muertos y que había abrazado el árbol de la cruz para liberarnos de nuestros pedazos y darnos la salvación.



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