martes, 12 de junio de 2012

Mal andamos, si cada uno interpreta la Palabra a su manera




El domingo por la tarde cuando llegamos del pueblo (en el pueblo no hay misa regularmente) siendo el Corpus, al no tener misa en el Barrio del Alisal fuy al centro, a los Franciscanos, donde están entre el cemento y las piedras de esa iglesia moderna mezclados mis recuerdos, ya que la vi construir y participé en bastantes Eucaristías en la anterior, un bajo, un garaje grande que fue la primer iglesia de los frailes Franciscanos en Santander, y que vivían en una casita, estilo chalet que yo recorría como Pedro por su casa cuando en mis años jóvenes pertenecía a la Legión de María y cuyo director del grupo de jóvenes era el Prior del Convento.

Me alegró el que mis pasos me llevaran ahí, no ha cambiado el estilo, las misas siguen igualmente de participadas y cuidadas, donde en cada misa se involucra toda la Comunidad, pero lo importante es el mensaje del predicador.

Era el día de la Caridad, el día de Caritas y el como tantas veces he predicado yo en Málaga decía que era una mala, muy mala interpretación. No se trata de CARIDAD, se trata de JUSTICIA, es el día de la justicia social, donde el que tiene, tenga poco o tenga mucho está obligado por Dios, por la Madre Tierra, por justicia a repartir de lo que tiene con aquellos que no tienen, y uno por uno fue citando a los grandes Padres de la Iglesia donde resumieron afirmaban que el que no es capaz de repartir por justicia lo que tiene con el que no tiene no puede llamarse ni ser cristiano, no puede ser de Cristo.

Que mala cosa esa interpretación en la que ha derivado el sentido de la limosna en el cristiano, das dos perras gordas y te crees haber engañado a tu conciencia y al mismo Dios, pero no es así, la Palabra de Dios es clara, y los Padres de la Iglesia la interpretaron perfectamente, así que nos queda a nosotros ahora ir quitando de la gente ese mal entendido y cambiar definitivamente caridad por justicia.

Justicia, casi suena rara esta palabra sobre todo cuando vivimos en un país donde está tan desprestigiada, donde el ladrón que muchas veces por necesidad roba 20 euros paga con la cárcel, y el que roba 200 millones queda libre y no es obligado a devolver el dinero, ¿justicia? Que desprestigio de una palabra que tenía que ser siempre escrita con letras de oro y por culpa de la política rastrera de nuestros tiempos está escrita con letras de barro.

INTERIOR DE LA IGLESIA DE LOS FRANCISCANOS DE SANTANDER


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