Cuando en las
lecturas del oficio de esta mañana nos habla este gran santo y obispo de la Iglesia de la oración y
nos comenta esas palabras del Maestro que tan conocidas son para todos nosotros
pues las repetimos hasta la saciedad, si es que de la Palabra de Dios uno
pudiera quedarse alguna vez saciado, el miércoles de ceniza y que dice,
resumiendo: "Cuando quieras orar entra en tu aposento, y Dios que está en
lo escondido..."
Aquí el santo nos
da una aclaración que a veces se nos pasa desapercibida, ya que podemos
interpretar que lo que nos quiere decir el Señor es que busquemos la soledad de
nuestro cuarto para hacer oración, pero no es así. Lo que nos dice San Ambrosio
es que cuando queramos orar entremos en nuestro aposente, ese interior nuestro,
ese recinto que todos tenemos, donde está todo lo nuestro, nuestras frustraciones,
nuestros fracasos, nuestras esperanzas, nuestras ilusiones, nuestros logros,
nuestras esperanzas, y en ese recinto interior, nos pongamos en contacto con
Dios nuestro Padre, que a la vez que oramos a Él o con Él daremos orden y
concierto a ese recinto nuestro y aclararemos con más facilidad las prioridades
que hemos de tener en cuenta, sobre todo en orden a nuestra propia salvación. Por
tal motivo la oración, nuestras oraciones, las podemos hacer en todas partes,
basta entrar en nosotros mismos, sin importar donde estamos.
Ciertamente esta
lectura de meditación es sumamente positiva y aclaratoria y llena de contenido,
como lo es el redescubrimiento de la Lección Divina en orden al bien personal y al
bien comunitario, entendido como el Bien de la Iglesia.
También este gran
santo nos anima a ser generosos en nuestra oración, no sea que perdamos el
tiempo siempre pidiendo por nosotros mismos, nos aconseja que pidamos siempre
por la Iglesia,
es decir, por todo el pueblo de Dios, así nuestra oración no solo es para
todos, sino que la oración de todos es para cada uno de nosotros. Como pasa
siempre, con la generosidad todos salimos ganando.
Sabias palabras
para que ordenemos nuestra vida en pro de la Salvación de todos, así,
semejantes a Cristo que murió y se entregó por todos, también nosotros seremos
capaces de morir a nuestros egoísmos y entregarnos confiadamente a la salvación
de todos.
Que vivamos la
experiencia que los Padres de la
Iglesia nos dan para nuestro enriquecimiento espiritual de cada
día. Estamos en el mes del Rosario, y aquí en Granada en los Cultos a nuestra Copatrona de la Ciudad la Virgen del Rosario, y Ella siempre nos invita a orar. Que sepamos hacerlo bien.
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