viernes, 19 de octubre de 2012

DE LAS LECTURAS DE ESTE DOMINGO:




Cristo De Ruiz Montes (Málaga)

SORPRÉNDETE:

El Señor nos habla por medio del Profeta Isaías y nos presenta a Jesús, que es el centro de las tres lecturas, un Jesús conocedor de nuestros sufrimientos y nuestras dolencias, pues en todo, menos en el pecado, ha experimentado la condición humana, que nos indica la segunda lectura, y que nos anima a profundizar en el conocimiento de su Evangelio. Para amar hay que conocer, sin ese conocimiento no puede haber amor por nuestra parte.
Pero si hay una invitación por parte de Dios para conocer al Hijo, esta invitación no se queda en un mero conocimiento, como podemos anhelar conocer los logros y prodigios de un personaje histórico. Se trata de conocer para ser, ser como Él es, y esta pauta nos la marca el Evangelio de este domingo.

Los Santos nos enseñan con su vida el camino del Evangelio (mosaico del abrazo de San Francisco y Santo Domingo)

Si ciertamente queremos parecernos a Jesús hemos de tener como norma sagrada en nuestras vidas el servicio a los demás. Cristo el Señor no ha venido a que le sirvan, sino a servir, no ha venido a ocupar los primeros puestos, se ha mezclado con los pobres, los indigentes, los desechados de la sociedad, los marginados, los pecadores, ha estado entre ellos, ha comido con ellos, ha experimentado sus dolores, sus angustias, su marginación, se ha acercado a los leprosos, a los ciegos a los tullidos… y les ha servido, les ha curado, les ha aportado una dignidad que incluso ellos mismos pensaban habían perdido.
Para nuestro mundo suena con fuerza el mensaje de Jesús: en este tiempo donde los hombres buscan la fuerza, el poder, las riquezas, el dominio, sea como sea de los demás, el mensaje de Jesús es siempre el mismo: “El que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos”.

San Martín de Porres, ejemplo de vivencia evangélica.

Aprendamos del Señor que es manso y humilde de corazón y la paz llegará a nuestras vidas, y su fuerza nos invadirá y se nos mostrará con suma claridad el camino a la felicidad, no sólo la felicidad eterna, sino también la felicidad plena para vivirla, experimentarla, lograrla en esta vida terrenal.

La Santísima Virgen María: Moodelo de servicio y entrega

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