Según la tradición, Blas de Sebaste era conocido
por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a
animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta
una espina de pescado. Este sería el origen de la costumbre de bendecir las
gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero.
Se le acercaban también los animales enfermos
para que les curase, pero en cambio no le molestaban durante su tiempo de
oración.
Cuando llegó a Sebaste
la persecución de Agricola (gobernador de Capadocia) contra los
cristianos (la última persecución romana), sus cazadores fueron
a buscar animales para los juegos de la arena en el bosque de Argeus y
encontraron muchos de ellos esperando fuera de la cueva de san Blas. Allí
encontraron a Blas en oración y le detuvieron.
Agrícola trató sin éxito
de hacerle renegar de su fe. En la prisión, Blas sanó a algunos prisioneros.
Entonces el gobernador le mandó matar y fue arrojado a un lago. Pero Blas, de
pie sobre la superficie (como el milagro atribuido también a Jesucristo),
invitó a sus perseguidores a caminar sobre las aguas y así demostrar el poder
de sus dioses. Pero todos se ahogaron. Cuando volvió a tierra (por orden de un ángel), fue torturado
(colgado de un poste y lacerado con rastrillos de cardar) y finalmente
decapitado. Según el Diccionario
de los Santos, las Actas de este mártir carecen de consistencia
histórica, pero fueron muy populares a partir del alto medievo, tanto en
Oriente como en Occidente, donde llegaron a través de diversas traducciones
latinas de un texto griego.
Su culto se extendió
pronto por toda la iglesia. Es costumbre popular invocarle particularmente para
remediar afecciones de la garganta.
BENDICIONES INDIVIDUALES DE
LAS GARGANTAS EN LA FIESTA DE
SAN BLAS:
En un antiguo ritual, con dos
cirios bendecidos en el día de ayer, colocados en forma de aspa, cogidos con la
mano izquierda, se colocan las dos partes de las velas (POR SUPUESTO APAGADAS) en el cuello de la persona, y la mano derecha
sobre la cabeza de la misma y se dice:
“Por intercesión de San Blas, Obispo y Mártir,
el Señor te proteja de las enfermedades de la garganta y de toda enfermedad, en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo, Amén”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario