Hoy celebramos la fiesta de Santa Catalina de Ricci, dominica, amiga de Jesús y de la Iglesia, que supo llegar a Él a través del amor a su vida, su pasión y su muerte en Cruz. Ella nos estimula con el ejemplo de su vida y en este día, en la lectura del Oficio Divino, nos hace ver que tenemos que estar siempre prontos para llegar a Jesús. En el momento de su pasión había mucha gente aguardando la salvación, pero el buen ladrón nos da ejemplo de esa prontitud para alcanzar la salvación que nos ofrece el Redentor.
Que nuestra hermana Santa Catalina, desde el cielo, interceda por nosotros para que no nos distraigamos con el colorido y los sonidos que nos ofrece el mundo y estemos vigilantes para ver la llama de salvación, don de Dios, ardiendo en muchos corazones, y anhelando arder en muchos más que están apagados y que esperan nuestro fuego dejándonos guiar por nuestro Dios Padre de amor y de misericordia.
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