“DIOS NOS HA DADO UNA GRAN CAPACIDAD, SABER
ELEGIR. SABER OPTAR ENTRE ALGO BUENO Y ALGO MALO”
En la primera lectura del libro de los Reyes,
Salomón agradece a Dios haber sido elegido por Él para suceder a su padre el
Rey David, la actitud suplicante y el corazón agradecido de Salomón agradó a
Dios, lo mismo que le agrada cada vez que nosotros le reconocemos como Dios, le
damos la importancia que tiene y se merece, acudimos a él, somos capaces de
renunciar a algo malo para no desagradarle, o simplemente obramos el bien pues
lo hacemos por amor a nuestro Dios que nosotros siempre es compasivo y
misericordioso, no tenemos que amarle por ser quien es, o por obrar como obra
con nosotros, le amamos como respuesta de su gran amor. Ojala, como Salomón,
cuando invocamos a Dios no nos llenemos la boca de peticiones y le pidamos
cosas sencillas que nos sean útiles para vivir sencillamente la vida, ser
prácticos como lo fue Salomón.
Dios nos ha creado en total libertad, por esa
razón bendice y santifica con intensidad al corazón que sabe elegir, que elige
bien. No olvidemos nunca que de nuestra elección dependemos nosotros y dependen
aquellos que comparten la vida con nosotros.
Los que aman a Dios todo les sirve para el bien,
son las palabras de San Pablo a los Romanos que escuchamos hoy, es la realidad
de la vida, el amor procede de Dios, y el amor no defrauda, nos hace sen más
aceptables unos a otros, más valerosos para los demás, particularmente para
aquellos más desfavorecidos, si no hay auténtico amor poco valor tenemos, poco
que aportar, poco o muy poco para dar.
El evangelio recoge un poco el espíritu de
estas dos primeras lecturas y nos lo muestra con las parábolas del tesoro en el
campo o la del comerciante en perlas
finas. Son parte de este discurso central de San Mateo y que nos quiere hacer
pensar sobre la importancia de ganar el Reino de Dios, ofrecido a nosotros por
Jesús y que conlleva adherirnos a él. Así como este hombre del campo que
encuentra el tesoro o de este otro comerciante en piedras finas se encuentran
con algo de un valor insospechado y no vacilan en desprenderse de todo lo que
tienen para adquirirlo, nosotros hemos de pensar seriamente si el apegamiento a
tanta pequeña minucia realmente puede llenar nuestra vida, sobre todo cuando
tenemos al Señor que nos ofrece algo de gran valor, que supera los años de
nuestra vida en este mundo, que va más allá de lo meramente material, nos
ofrece el Reino, el cielo y caminar hacia ese Reino de Dios conlleva estar ya
inmerso en el mismo Reino.
Jesús habla a un pueblo que está sumergido en
la antigua tradición judía, y ofrece la novedad de su reino, por eso nos anima
a sacar del arcón de lo nuevo y de lo antiguo.
No podemos quedarnos anclados en un pasado, en
lo tradicional, en lo antiguo, tenemos que renovarnos y aportar lo nuevo para
que nos sirva de salvación, pero siempre desde el amor, echar mano de ese amor
que Dios nos tiene y de ese amor que nosotros le tenemos a Él, para así
aumentar nuestro amor a la Iglesia ,
a la familia, a la Comunidad
donde vivimos y experimentamos cotidianamente la fe; principalmente ese amor
que tenemos que mostrar hacia el que está solo, afligido, enfermo, impedido.
Para conseguirlo y acertar en este empeño no
olvidemos que somos LIBRES, y desde esta libertad tenemos que acertar en las
opciones que tomemos en el caminar de la vida para no perder la senda que nos
lleva a Dios Padre.
Que paséis un feliz Domingo, día del Señor y
que Él os colme de paz y bendiciones.
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