PREDICADORES AL ESTILO DE SANTO DOMINGO

Para llenar este mundo de sentido,

tú, Domingo, nos llamas hoy, 800 anos despues,
a ser predicadores del Evangelio,
de la Buena Noticia que aviva la esperanza.

Nos pides que prediquemos
saliendo del silencio contemplativo,
un silencio hecho de oraci6n, de celebraci6n,
de estudio, de dialogo comunitario ...
para perseguir la verdad sagrada,
la verdad de Dios y de la humanidad,
sin ruidos, ni interferencias,
ni contaminaciones ideológicas,
escuchando los clamores de la humanidad
y los rumores del Dios misericordioso.

Nos pides que nos apoyemos
en la comunidad de hermanos y hermanas,
para que la predicación no cese jamas,
para sostenernos en el ministerio
en medio del cansancio y el desfallecimiento,
para mostrar con la fraternidad
el mensaje que anunciamos.

Y, sobre todo, nos pides que acreditemos
el Evangelio que predicamos
con una vida evangelica,
hecha de compasión, de solidaridad,
de compromiso con la dignidad humana ...
en humildad y en pobreza evangeJica.
Sin otra fuerza que no sea
el testimonio de una vida evangelica,
la fuerza de la Palabra
y el poder del Espiritu.

Padre Domingo,
nos lo prometiste a la hora de tu muerte:
intercede por toda la familia dominicana,
ayúdanos a conseguir lo que nos pides.
Danos, Senor, la gracia de la predicaci6n
al estilo de Domingo. AMEN

(De una estampa divulgada recientemente)