Celebrábamos el
cumpleaños 845 de nuestro Padre y
fundador, SANTO DOMINGO DE GUZMÁN. VIVE en nosotros, con nosotros y por
nosotros, no se ha ido, “desde el cielo os seré de más utilidad” nos dijo antes
de morir. Y es que hay personas que nunca mueren, están siempre presentes, se
dieron tanto que permanecen para siempre.
El año que viene,
2016, se cumplirán los 800 años de la FUNDACIÓN
DE LA ORDEN DE
LOS PREDICADORES. En su inicio como sacerdote fue solo un sueño, parecía un
sueño imposible, gracias a su ímpetu, confianza en el Señor, tesón, confianza en
los otros y tantas otras virtudes lo pudo ver como una realidad muy pronto, y
no solamente lo vio como realidad, pudo ver sus frutos, vio el crecimiento de la Orden por toda Europa, vio a
esos jóvenes preparados en las mejores Universidades de Europa abrazar su hábito,
su carisma, su ilusión y hacerla ilusión de ellos para ser evangelizadores y
discípulos del Señor.
800 años en el 2016,
una gran fecha la fundación de la
Orden el día 22 de
Diciembre de 1216 aprobada por el Papa Honorio III.
Preparémonos
interiormente –es el mejor camino- para poder exteriorizar luego nuestro
jubileo y nuestro gozo por tan gran acontecimiento. Sepamos estar más cerca que
nunca de nuestro amado Padre fundador para caminar siguiendo sus propios pasos
y no los nuestros, es él quien ha dado ánimo y compañía a la Orden en estos casi 800
años, la fuerza del Espíritu Santo nos ha asistido gracias a su legado, seguir
e imitar su personalidad es ya todo un mérito, un camino, una vocación. Que no
nos sintamos envejecidos por tener 800 años, ni cansados, y mucho menos faltos
de ilusión y de esperanza. Que aunque en algunas zonas de Europa pesemos por
tiempos de crisis la Orden
está joven, viva, animada, y se rejuvenece con tantos jóvenes llenos de AMOR,
ILUSIÓN y ESPERANZA aquí y en todo el mundo, dispuestos no a dar el todo por el
todo, están dispuestos a DARSE TOTALMENTE Y SIN RESERVAS por el gran legado que
nuestro Padre fundador nos ha dejado. La clave de ese legado está en CONTEMPLAR
PARA DAR EL FRUTO DE LO CONTEMPLADO. Si no leemos y releemos la Palabra de Dios, si no
meditamos esta Divina Palabra, si no conocemos a Cristo el Señor ¿cómo podremos
darlo a conocer a los demás?, Eso, contemplad para sé poder dar desde la VIDA y la predicación el
fruto de lo contemplado.
Aunque este mensaje
no llegó ayer, -no pude entrar en Internet en todo el día- hoy nos sea de
utilidad para agradecer a Dios el don de la VIDA siempre FECUNDA de nuestro PADRE Santo
Domingo de Guzmán.
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