sábado, 27 de junio de 2015

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B.





“DIOS TODO LO CREÓ PARA QUE SUBSISTIERA”

Las Lecturas:

La primera lectura del libro de la Sabiduría nos habla de que Dios todo lo creó para el bien, para que subsistiera, para la vida, la muerte no es proyecto de Dios, es un logro de la envidia del diablo.

Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, a imagen de Dios les creó y toda la creación que es VIDA Dios la dispuso al servicio del Hombre.

Por eso encaja tan bien la nueva Encíclica del Papa Francisco, El Planeta Tierra está vivo, pero la mala acción del hombre puede matarle, si el planeta muere todos estamos condenados a morir.

El hecho de que en nuestro planeta estén desapareciendo tantas especies de animales por la mala gestión del hombre indica que ya estamos sumergidos en un proceso de muerte y no de vida, indica que nos hemos salido de los planes de Dios para con el Planeta y estamos siguiendo el juego al diablo.

La segunda lectura está tomada de la 2ª Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios en su capítulo 8, nos habla está escrita en este mismo tono que la primera. El Apóstol que elogia el saber del Hombre nos llama a utilizar esta misma sabiduría para ponerla al servicio de todos, ese todos comienza en la Comunidad.

La Comunidad que es el conjunto de los hermanos en cuanto a los cristianos o el “todo” en cuanto al pueblo tiene que estar nivelado. Alcanzar este nivel requiere que unos renuncien a aquello que les sobra para que otros adquieran aquello imprescindible que les falta.

Ojo, no se trata de una mera “caridad”, es un derecho de JUSTICIA DIVINA. Por tanto, en nuestra sociedad están en pecado aquellos países o aquellas personas que acumulan grandes posesiones y riquezas mientras otros muchos pasan graves necesidades.

Eso va contra el plan de la Creación de Dios por lo que es un grave pecado contra la Creación y no solamente desprestigia al hombre sino que lo envilece, lo hace deshumano, un hombre así está en su actuación por debajo de los mismos animales, que comparten y velan que no falte nada a la “manada” incluso se preocupan más por los ancianos y las crías. Y luego algunos dicen de los animales, cuantos ejemplos nos dan.

Recientemente con ocasión de la víspera de San Juan hemos visto imágenes de muchas playas en el mundo, esa visión daba asco, y luego para más INRI no permiten que los perros no entren en las playas, pero si son los humanos los que no tendrían que entrar en las playas, los perros no manchan tanto, no dejan tanta basura. Sí, tendremos que empezar a valorizar a los animales y a auto juzgarnos nosotros en nuestras malas acciones.

El Evangelio está tomado de San Marcos 5, 21-43. Para mi la narración de este Evangelio es de una importancia total, pues me muestra lo cercano que está Jesús ante las personas que realmente quiere algo de Él. Nos habla de algunos milagros, pero el que más me llama la atención es ese que realiza a esa pobre mujer que pierde sangre, algo muy mal visto en la mentalidad judía, que hacía a esa mujer considerarse sucia, impura, repugnante ante los ojos de los demás.

Pero lo bonito de este milagro es el contexto, Jesús camina entre un gentío, apretado por todas parten, con empujones de unos y de otros, mientras esta pobre mujer, entre el alboroto que causaba la presencia de Jesús piensa: “si solo le toco el manto quedaré curada”, ella tenía la seguridad de que no sería necesario explicar su penosa situación, darla a conocer, hacer pasar a Jesús por un mal rato de tener que “ser tocada por Él” y cuando todo se cumple según la fe de la mujer pregunta Jesús porque ha sentido salir de él fuerza ¿Quién me ha tocado el manto?. ¿No es maravilloso?

Si eso le sucedió a esta pobre mujer llena de fe y de confianza en el Señor ¿Qué nos podría suceder a nosotros que no tocamos su manto pero recibimos todos los domingos su cuerpo y su sangre?. Creo que hemos de ser sinceros con el Señor y reconocer nuestra incredulidad. Sí, en nuestro mundo hemos avanzado mucho en algunas cosas, hemos progresado mucho, pero en lo de más importancia, el cuidado del Planeta, el cuidado de la persona, en la fe, hemos ido para atrás como el cangrejo. No dejemos pasar más tiempo, no perdamos la vida en banalidades, no sembremos viento, pidamos al Señor que seamos capaces de tener una fe sencilla como la mujer del Evangelio y así caminar gozosos hacia la Salvación que Dios nos ofrece. Escuchemos su palabra y pongámosla en práctica. Que paséis un feliz Domingo, día del Señor.


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